Conflictos Sociales

Por: José Fontalvo De La Hoz

chindo79@hotmail.com

El ser humano durante toda su vida debe soportar varias enfermedades que la naturaleza y la misma sociedad se encargan de asignarle para hacerlo sentir partícipe del ponqué de las dificultades.

Al materializarse la unión matrimonial se instituye la pugnacidad entre dos seres que aparentemente convivirán por toda la vida sin ningún tropiezo, amparados en el amor reciproco y el respeto debido por cada uno de ellos. Son dos fieras enfrentadas no en medio de la selva sino en el escenario social propio para los seres racionales, donde por la capacidad de raciocinio no deberían darse enfrentamientos ininteligibles, incomprensibles, por lo que realmente deben comprenderse; pero no, es donde mas pululan los casos aberrantes de odio e incomprensión que terminan en la mayoría de los casos en un desenlace fatal. En medio de la aparente convivencia comprensiva va multiplicándose la especie humana al tiempo que se agiganta el odio y el rencor, no solo entre las parejas, que se hace trasmisible a los hijos que siguen a pie juntillas los ejemplos de la madre por permanecer mas tiempo con ellos en el hogar facilitándosele la tarea de inculcar no lo mejor, sí lo peor, para el compañero por considerarlo indigno y de baja estofa. Los frutos de estos hogares no pueden ser hijos bien educados, comprensivos y con un alto sentido de responsabilidad social debido a la precaria orientación que desde sus inicios tuvieron con la directriz equívoca de la madre quien creyó, sin dudarlo un instante, que lo que realizaba era lo mejor y no tenia asomo de desaciertos en todas sus actuaciones. Estos tipos de hogares son campeones en desadaptacion social, sus retoños no miran de frente a las personas como si tuvieran sentimiento de culpa por la comisión de actos que los hacen no merecedores de pertenecer al medio social donde se han desenvuelto. Otro tanto podemos decir de los hombres que colocados en extremos opuestos desarrollan una política igual de destructora a la practicada por la madre por no tener en cuenta una serie de factores que minimicen el accionar desorientador y disociador de las familias, pilares fundamentales para la constitución de una incólume sociedad. Estos dos seres que se han juntado no se sabe porque designios de la vida para conformar un tipo de hogar por fuera de todos los cánones de la civilización, no están haciendo aportes benéficos a las sociedades, más bien perjuicios con lo que se deteriora la naturaleza de la humanidad. Estos ogros, monstruos, antes de tomar la determinación de formar hogares, si tuvieran un tanto de conciencia ciudadana, deberían pensarlo, meditarlo serenamente, y serían muy pocas las posibilidades de recibir en el seno social el fruto de algo que desde sus inicios reflejaba su anomalía. Este es el común denominador de los hogares que tienen sus bases frágiles por la presencia en las sociedades de factores desquiciadores como el consumo de drogas alucinógenas que despersonaliza a los seres humanos convirtiéndolos en perfectos autómatas incapaces para discernir entre lo bueno y lo malo.

Se tiene la creencia que se es parcial durante el análisis de la conformación de las familias y sus respectivos comportamientos, ante las situaciones propias y específicas por la objetividad que expresan los resultados. Las afirmaciones están fundamentadas sobre bases firmes y consistentes que rechazan los juicios a priori, y lo realizado debe servir como derrotero para las futuras investigaciones. A pesar de que no sea la última palabra ni se diga la verdad absoluta invita a los investigadores sociales a profundizar en el tema con el fin de buscar la consolidación de las familias y la homogeneidad de las sociedades.

Las familias y las sociedades son dispares, pero debe existir un hilo comunicador, conductor, el bastón de mando que dirija todas las acciones que por muy disímiles tienen un algo en común que permite la homogeneización de todas ellas hasta llegar a constituir la humanidad con todos sus ingredientes.

Una vez hecho el estudio y detectadas las causas de los desajustes de las sociedades modernas, sería mas fácil corregir los desfases sociales y tomar políticas que fortalezcan las sociedades y por consiguiente vigoricen los estados. La desintegración de las familias es un punto vulnerable sobre el que se debe trabajar arduamente para corregir los esguinces que, por fuerza de diversos factores adversos, han tomado hasta llevarlas al estado de postración en que se encuentra la generalidad de las sociedades del planeta.

¿No seremos, algunos de nosotros, protagonistas de este tipo de hogares que envilece a la humanidad?

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