Parece increíble que en nuestro municipio, salir a marcha o unirse a causas sociales importantes y trascendentales en el país, es de poco interés. La última jornada, a la que se convocó para pedir a los grupos ilegales que liberaran a los secuestrados en el país, poco o nada despertó la sensibilidad de los Villanueveros.
Ahora sólo queda decir que en el municipio no hay sensibilidad ni unión al momento de alzarse socialmente y pedir que cesen los actos que van en detrimento de los derechos del hombre. No hay liderazgos, no hay una cabeza visible en el municipio que tenga la capacidad de convocatoria necesaria en estos casos. No sabemos exactamente cuál es el papel de los organismos que existen y que hoy día tiene la bandera del liderazgo social.
Sigue siendo extraño que en lo que tiene que ver con el Festival Cuna de Acordeones, todos los aquí nacidos y los que tenemos que ver con el pueblo, nos aferramos al sentido de pertenencia y al regocijo que se vive en los días previos y en la celebración de la fiesta más significativa para el villanuevero. Pero cuando se trata de reclamar derechos, de luchar por el bienestar que nos merecemos todos, de unir fuerzas para que nadie juegue con los intereses colectivos, todos nos ponemos una venda en los ojos y un trapo en la boca, como si el temor infundado en años anteriores por los hechos violentos hayan dejado una huella que se convierte en macabra y desafiante ante la indiferencia de los habitantes de Villanueva.
No podemos dar la espalda a la realidad social del país y a la tragedia de los secuestrados de Colombia, porque nos pertenece, porque somos colombianos y porque lo que hoy viven ellos, lo vivieron nuestros familiares, amigos y personas cercanas que algún día estuvieron en cautiverio. Por eso es de reprochar que ni desde la administración municipal, ni desde los entes sociales, ni los autodenominados líderes del municipio no se hayan puesto la camiseta blanca y se grite NO MÁS secuestros, NO MAS secuestrados, porque acaso se nos olvida que personas como Israel Romero, Rodrigo Daza Cárdenas, un grupo de aspirantes a cargos públicos fueron víctimas del plagio por parte de los grupos al margen de la ley. Hoy, a Dios gracias, ellos se encuentran en el seno de sus familias, pero ¿Qué queda para los que aún se encuentran en la selva? Sabemos que hace cinco años no se presentan secuestros en el municipio, pero que eso no nos haga insensibles ante la realidad colombiana.
Vamos a continuar haciéndonos los de la vista gorda? ¿Qué estamos haciendo? Cruzando los brazos y ver como el tiempo y las personas sin escrúpulos y sin vergüenza hagan de Villanueva lo que les da la gana. Porque la violencia no sólo está en los armados, la violencia está en manos de los corruptos y los negociantes de conciencia y la violencia está aun más, en manos de los que permiten que todo esto suceda sin decir no aguantamos más!
Ahora sólo queda decir que en el municipio no hay sensibilidad ni unión al momento de alzarse socialmente y pedir que cesen los actos que van en detrimento de los derechos del hombre. No hay liderazgos, no hay una cabeza visible en el municipio que tenga la capacidad de convocatoria necesaria en estos casos. No sabemos exactamente cuál es el papel de los organismos que existen y que hoy día tiene la bandera del liderazgo social.
Sigue siendo extraño que en lo que tiene que ver con el Festival Cuna de Acordeones, todos los aquí nacidos y los que tenemos que ver con el pueblo, nos aferramos al sentido de pertenencia y al regocijo que se vive en los días previos y en la celebración de la fiesta más significativa para el villanuevero. Pero cuando se trata de reclamar derechos, de luchar por el bienestar que nos merecemos todos, de unir fuerzas para que nadie juegue con los intereses colectivos, todos nos ponemos una venda en los ojos y un trapo en la boca, como si el temor infundado en años anteriores por los hechos violentos hayan dejado una huella que se convierte en macabra y desafiante ante la indiferencia de los habitantes de Villanueva.
No podemos dar la espalda a la realidad social del país y a la tragedia de los secuestrados de Colombia, porque nos pertenece, porque somos colombianos y porque lo que hoy viven ellos, lo vivieron nuestros familiares, amigos y personas cercanas que algún día estuvieron en cautiverio. Por eso es de reprochar que ni desde la administración municipal, ni desde los entes sociales, ni los autodenominados líderes del municipio no se hayan puesto la camiseta blanca y se grite NO MÁS secuestros, NO MAS secuestrados, porque acaso se nos olvida que personas como Israel Romero, Rodrigo Daza Cárdenas, un grupo de aspirantes a cargos públicos fueron víctimas del plagio por parte de los grupos al margen de la ley. Hoy, a Dios gracias, ellos se encuentran en el seno de sus familias, pero ¿Qué queda para los que aún se encuentran en la selva? Sabemos que hace cinco años no se presentan secuestros en el municipio, pero que eso no nos haga insensibles ante la realidad colombiana.
Vamos a continuar haciéndonos los de la vista gorda? ¿Qué estamos haciendo? Cruzando los brazos y ver como el tiempo y las personas sin escrúpulos y sin vergüenza hagan de Villanueva lo que les da la gana. Porque la violencia no sólo está en los armados, la violencia está en manos de los corruptos y los negociantes de conciencia y la violencia está aun más, en manos de los que permiten que todo esto suceda sin decir no aguantamos más!
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