Por: Hernán Baquero Bracho.
La podemos definir como un sistema de principios y valores que le dan los rasgos característicos a los habitantes de una ciudad. Los principios son universales y no objeto de negociación; amor, responsabilidad, ética, integridad, honestidad y la lealtad. Los valores son formación humana para la compresión del ser humano y lo que este tiene que realizar si quiere vivir dignamente, marcan las características principales de una sociedad, se fijan y se trabajan hasta lograr un cierto grado de perfección, ellos son: liderazgo, honradez, moral y flexibilidad.
Las costumbres que hemos adquirido a lo largo de muchos años actúan de manera negativa sobre el individuo y el colectivo de nuestra ciudad; no nos permiten, ser pensar, sentir y de acercarnos positivamente al mundo, es como si estuviéramos aislados y nos costara trabajo adquirir las buenas costumbres. Es urgente empezar a coordinar acciones públicas y privadas que incidan en forma directa sobre la manera que los ciudadanos perciben, reconocen y usan los bienes públicos como suyos cuando tienen claro que redunda en el beneficio de todos y no en el de unos pocos. De ahí la importancia de la cultura ciudadana que genera sentido de pertenencia por lo nuestro, facilita la convivencia urbana y conduce al respeto del patrimonio común hasta llevarnos al reconocimiento de los deberes colectivos y los derechos ciudadanos.
En buena hora el señor gobernador del Departamento Ingeniero Jorge Eduardo Pérez Bernier, ha implementado como política pública en La Guajira, el programa de cultura ciudadana, que en Villanueva un equipo de jóvenes ha emprendido en bien de la comunidad Villanuevera, bajo unos parámetros, unos principios y unos valores que redundaran en beneficio de nuestra Villanueva amada.
Es hora de revisar los mensajes que los mayores dan a los niños y a los jóvenes; entre todos debemos construir procesos pedagógicos y educarlos en las competencias afectivas que les permitan compartir y convivir con otros niños, en una ciudad en la que quepamos todos en igualdad de condiciones y oportunidades, hombres y mujeres, poderosos y débiles y todos los de afuera.
Los Villanueveros estamos exigiendo de nuestros dirigentes una innovación a la ética y a la práctica de los conceptos de competitividad, conectividad, desarrollo urbano, apropiación del espacio público para todos y la calidad de vida, elementos estos que determinarán el desarrollo urbano de nuestra ciudad. Pero también, es hora de ver el abandono de los barrios marginales y los altos índices de desempleo, lo cual nos debe llevar a construir un proyecto de desarrollo urbano generador de equidad e inclusión social y a rechazar de una vez por siempre ese mecanismo de ascenso fácil y rápido.
La cultura ciudadana pretende básicamente una transformación cultural voluntaria y participativa, al consolidar lo bueno o cambiar los malos hábitos, que genere una relación armónica de las personas con las leyes y con las reglas de la convivencia y la solidaridad. Una obediencia Voluntaria y por convicción por las normas que todos comprendamos y asumamos que las leyes son acuerdos y no imposiciones.
El cambio de mentalidad de los Villanueveros lleva implícito campañas de cultura y de pedagogía ciudadana. La cultura tributaria, (mal llamada entre nosotros cultura del no pago), buscara realizar una labor pedagógica para que los Villanueveros conozcamos y comprendamos la forma de financiación que tiene el municipio. Pero a la vez, la ciudad debe prestar unos servicios públicos de calidad y como función fundamental, generar un orden y unas reglas de juego con unas instituciones que permitan la convivencia y una planificación acorde a las necesidades de los ciudadanos.
Las costumbres que hemos adquirido a lo largo de muchos años actúan de manera negativa sobre el individuo y el colectivo de nuestra ciudad; no nos permiten, ser pensar, sentir y de acercarnos positivamente al mundo, es como si estuviéramos aislados y nos costara trabajo adquirir las buenas costumbres. Es urgente empezar a coordinar acciones públicas y privadas que incidan en forma directa sobre la manera que los ciudadanos perciben, reconocen y usan los bienes públicos como suyos cuando tienen claro que redunda en el beneficio de todos y no en el de unos pocos. De ahí la importancia de la cultura ciudadana que genera sentido de pertenencia por lo nuestro, facilita la convivencia urbana y conduce al respeto del patrimonio común hasta llevarnos al reconocimiento de los deberes colectivos y los derechos ciudadanos.
En buena hora el señor gobernador del Departamento Ingeniero Jorge Eduardo Pérez Bernier, ha implementado como política pública en La Guajira, el programa de cultura ciudadana, que en Villanueva un equipo de jóvenes ha emprendido en bien de la comunidad Villanuevera, bajo unos parámetros, unos principios y unos valores que redundaran en beneficio de nuestra Villanueva amada.
Es hora de revisar los mensajes que los mayores dan a los niños y a los jóvenes; entre todos debemos construir procesos pedagógicos y educarlos en las competencias afectivas que les permitan compartir y convivir con otros niños, en una ciudad en la que quepamos todos en igualdad de condiciones y oportunidades, hombres y mujeres, poderosos y débiles y todos los de afuera.
Los Villanueveros estamos exigiendo de nuestros dirigentes una innovación a la ética y a la práctica de los conceptos de competitividad, conectividad, desarrollo urbano, apropiación del espacio público para todos y la calidad de vida, elementos estos que determinarán el desarrollo urbano de nuestra ciudad. Pero también, es hora de ver el abandono de los barrios marginales y los altos índices de desempleo, lo cual nos debe llevar a construir un proyecto de desarrollo urbano generador de equidad e inclusión social y a rechazar de una vez por siempre ese mecanismo de ascenso fácil y rápido.
La cultura ciudadana pretende básicamente una transformación cultural voluntaria y participativa, al consolidar lo bueno o cambiar los malos hábitos, que genere una relación armónica de las personas con las leyes y con las reglas de la convivencia y la solidaridad. Una obediencia Voluntaria y por convicción por las normas que todos comprendamos y asumamos que las leyes son acuerdos y no imposiciones.
El cambio de mentalidad de los Villanueveros lleva implícito campañas de cultura y de pedagogía ciudadana. La cultura tributaria, (mal llamada entre nosotros cultura del no pago), buscara realizar una labor pedagógica para que los Villanueveros conozcamos y comprendamos la forma de financiación que tiene el municipio. Pero a la vez, la ciudad debe prestar unos servicios públicos de calidad y como función fundamental, generar un orden y unas reglas de juego con unas instituciones que permitan la convivencia y una planificación acorde a las necesidades de los ciudadanos.
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