Villanueva necesita que sus verdaderos líderes se perfilen en el concejo municipal

Mercado Público de Villanueva

Por: Wilson Alfonso Daza Cárdenas.

En Villanueva, como en el resto de La Guajira, se le ha venido dando un uso perjudicial a la palabra líder. Basta con que alguien diga que tiene dos votos amarrados y que valen un millón quinientos mil pesos para que reciba en una agenda riohachera el preciado título. Y así andan: sin causa para luchar; sin logros; sin liderazgo. Son la personificación de todo lo contrario a lo que en realidad es un líder.

A esto se suma la desproporcionada reverencia que se le concede a la figura del alcalde municipal. El ochenta por ciento de los votantes ponen todas sus esperanzas en alguien que antes de lanzarse era un ser humano, pero que apenas pegó el primer afiche se convirtió en un ángel. Piensan que él, y sólo él, puede solucionar los problemas de todos.

Y todo esto lo que ha traído como consecuencia es la reducción total de la importancia que tiene el verdadero líder en la sociedad. Aquí no se trata de traer conceptos y explicaciones detalladas de lo que se debe entender por liderazgo, pero al menos hay que aclarar que un alcalde no necesariamente es un líder; y un líder, para serlo, no necesita ser alcalde. De hecho, al líder lo que lo caracteriza es la lucha incesante por una causa específica orientada al bien común, con una vehemencia tal, que genera adeptos espontáneos o, al menos, admiradores.

Pero la distorsión que se ha hecho en Villanueva de esa figura, mantiene al pueblo con las expectativas concentradas en el pobre alcalde de turno, sin que se considere una opción diferente a la institucional para proyectar soluciones sobre ciertos problemas de la comunidad.

Mientras tanto el Concejo Municipal pasa agachado porque el pueblo (la gente) cree que sus miembros nada pueden hacer. Pero en realidad, ellos son los llamados a ser los verdaderos líderes de las causas fundamentales. Son ellos los que deben indicarle al alcalde cuales son los asuntos de interés general en los que debe poner mayor empeño.

Por eso, dada la situación por la que atraviesa, Villanueva necesita un Concejo Municipal que coadministre con profesionalismo y eficiencia; que oriente el andar del pueblo y del alcalde hacia metas trascendentales. Eso impone que el Concejo esté formado por líderes, en el verdadero sentido de la palabra, para que allí hagan el curso de alcalde todos los que aspiran a ocupar ese cargo.

Es que, la mayoría de los candidatos a la alcaldía que se pavonean en Villanueva con la mirada y el gesto de un enviado de Dios, podrían conformar un buen Concejo Municipal. Ese sería el escenario para que mostraran sus dotes de líderes, pero sobre todo para que le quiten a la figura del alcalde el compromiso de ser un mesías. Así podría el pueblo evaluar la capacidad que tiene cada uno de interpretar sus necesidades y de plantear soluciones.

Porqué no luchan primero desde el Concejo por mostrarse cada uno como el más idóneo para ser el siguiente alcalde, con debates serios y bien fundamentados; con proyectos y propuestas claras sobre propósitos nobles; con carisma y desinterés, ¿ah?

Si se hace el ejercicio de indicar posibles concejales con los nombres de los que actualmente están mostrando interés en la Alcaldía Municipal, con seguridad se encontrarán figuras que antes de aspirar a ese cargo, deberían echarse una pasadita por el Concejo, pa’ medirles el perrenque.

Ahora, la propuesta no es que todos aspiren al Concejo y nadie a la Alcaldía; ni más faltaba. Pero sí que se haga una depuración a conciencia y de doble vía; esto es, del pueblo frente a los candidatos y de los candidatos frente al pueblo. En todo caso lo importante es que en el pueblo cada ciudadano se concientice de la necesidad que hay de armar una especie de “selección Villanueva” en el Concejo Municipal para darle a esa corporación un nivel acorde con las necesidades históricas del Municipio y lograr así una administración más sensata y, sobre todo, más abierta y responsable. Ojalá se exija la llegada de más gente deseosa de mostrarse a través de un buen trabajo, para que el abanico de candidatos a la alcaldía no se forme por pura vanidad.