Poncho Zuleta, la voz viviente del auténtico vallenato

La fundación festival cuna de acordeones, le rinde en su treinta y tresava versión un homenaje a él y al rey de cuna “Poncho” Cotes Jr. Reconocimiento más que merecido a dos grandes villanueveros que han colocado al folclor en su máxima categoría. Aplausos para ellos.


Por: Hernán Baquero Bracho

Un día sonó en la radio, y de eso hace más de 43 años, el primer L.P. de los Hermanos Zuleta: "Mis preferidas", donde se dis­tinguieron temas como La Molestia, La Negra de Fe­lipe, La Estrella, Pobre Soy, El Delirio, La Rutina, La enfermedad, Vuelta del destino, La suerte de Juana, Desencanto, Y Cállate corazoncito, aun­que todas fueron buenas y se multiplicó en los baila­deros y las cantinas y su oleaje melódico y rítmico llegó hasta la penumbra de los clubes sociales. La voz de Tomás Alfonso Zuleta Díaz, iniciaba así su incursión en el mundo vallenato, venía de ser guacharaquero y corista con los hermanos López, donde el ruiseñor del Cesar, Jorge Oñate, era la voz líder. Ya "Pon­cho" Zuleta, todavía novato, había grabado con el siem­pre recordado Nicolás Ellas Mendoza, el álbum "Vallenatología", en el que cantó cuatro temas, entre los cuales se destacaron: Los Amores de Carmen Díaz y la Diosa Coronada, graba­dos en los Conciertos Valle­natos de Discos Philips. En ese entonces, Zuleta se desempeñaba como cobrador de una firma de electrodomésticos en Valledupar. 

En medio de la expectativa reinante, estas hermosas canciones de su primer trabajo discográfico, dotadas de una desbordante fuerza poética y costumbrista, abrieron una brecha de alegría. Fueron cual lluvia de rocío sobre las almas enamoradas de gente alegre y entusiasmada. “Poncho” Zuleta, abriéndose paso entre los grandes, su voz se convertiría en la del “Trovador ambulante”, de una quimera contagiosa y de una voz melodiosa sin igual en nuestra música vernácula. 

Después siguieron afluyendo al país cachaco y costeño otras producciones musicales de antología: "M canto Sentimental", "La Cita", "Dos Estrellas", "El Reencuentro", "Los Ídolos", "Río Crecido", "Río Seco", "Los Maestros", "Vallenato Nobel", Dinastía y Folclor", "039", "El Cóndor Legen­dario", "Pa' toda la Vida", "La Sangre Llama ", "Por Siempre", entre otros , que se identificaban entre sí por una misma línea de inspiración, por un mismo colorido y una misma in­tención afectuosa o de críti­ca social. Las difundían las radiodifusoras, las tararea­ban en los establecimientos públicos, las silbaban los transeúntes, las ejecutaban las orquestas en los centros más exclusivos, Y en me­nos de lo que canta un ga­llo, la música de “Poncho” Zuleta y de su hermano Emilianito, terminó por integrarse, con su ale­gre desenfado Y la tersa geometría de sus tiempos Y compases, al variado reper­torio musical de nuestras Gentes. 

Han sido 45 años de vida artística, y “Poncho” Zuleta, el hijo del viejo “Mile” y de Carmen Díaz, se ha consolidado y se ha mantenido en lo más alto de nuestra música folclórica. Por ello el peyorativo de "La voz viviente del vallenato", él se ha ganado este calificativo dando cátedra de folclor autentico, mante­niendo las raíces y conser­vando el alma y el senti­miento de los amantes de la cultura vallenata.

Quien no recuerda esos temas in­mortales, interpretados por el “Pulmón de oro” otro de los adjetivos con que lo califican los amantes del folclor, que se sentirán siem­pre en lontananza: "La Ce­losa, El Viejo Miguel, Tierra de Cantores, Tanto que te Canto, Que Mujer, Soy Pa­rrandero y Qué, Por ella, La cita, El cantante, Mañanitas de Invierno, Y yo solo, Esta es mi historia, Virgen del Carmen, Carmen Díaz, Diosa de la Serranía, Águila furtiva, Mi Rosalbita, La niña del pueblo, Uno es así, Mi canto sentimental, Mi hermano y yo, Rio Badillo, Ahí vas paloma, Rio crecido, Se equivocó, Orgullosa, La Espinita, La Sangre llama, Luna Sanjuanera, Corazón martirizado, nostalgia de Poncho, el Hijo de patillal, Dios no me deja, El Cantor del Valle, Juglares de mi tierra, Sanjuanera, El girasol, Amalia Vergara, 039, Llora mi acordeón, La estrella de patillal, El vallenato nobel, La falda, Alma viajera, Riohacha, El piñal, flores copeyanas, El Cóndor legendario, Nativo del valle, La trampa, Pa’ toda la vida, La Compañerita, El estudiante pobre, Tu privilegio, las cosas de moralito, Las vacaciones de Emiliano, catorce de mayo, El gran cajero, Dos estrellas, La cosita aquella, El firme, El arbolito, Mal entendido, El nieto de Emiliano, El trovador sentimental, El ruiseñor herido, La Pimientica, Luzmila, Homenaje a la vieja Sara, Rio seco, la Polaca, ojazos negros, los maestros, La casa, La conquista, Mi pedazo de acordeón, mi salvación, Mi acordeón, pobre infancia, Así es mi valle, La creciente del cesar, La Vecina de Chavita, La profecía, Tardes de Verano, Emma González, Pobre yo, costumbres perdidas, y siguen tantos éxitos que la lista se hace interminable - ¡Para que más! – “Poncho” consti­tuye la esencia pura del vallenato y la esencia pura de la amistad. O si no que lo digan en Villanueva: el fiscal Julio Guillermo Bula, José Calixto Quintero, Rodrigo Daza Cárdenas, “Cao” Mendoza, José “Kaskita” Mazeneth, “la Mina” Mendoza, Alberto Orozco Dangond, el “pollo” Isra, Anaís Ibarra, Alvarito Mazeneth y toda Villanueva, que lo aclama como un villanuevero excepcional, un villanuevero de pura cepa, un villanuevero al que ha asistido ininterrumpidamente a su festival, festival de su corazón y de sus emociones.

Además de haber plantado la bandera de su música autóctona en todos los pun­tos del país, “Poncho” Zuleta y su hermano Emilianito fueron los primero en ganar el preciado galardón del grammy latino, ha sido el creador de una lírica popular que sorpren­de por sus hallazgos, su precisión, su graficada. Por esta lírica singular, no hay voces nobles y voces plebeyas, vocablos ricos y vocablos pobres: en la so­ciedad de su léxico no im­pera un régimen de clases y categorías eufónicas: Las palabras todas son iguales en su valor y en su eficien­cia, y todas, o casi todas, resultan insustituibles en la armoniosa organización que han sido cada una de las canciones en que se ex­presan y eternizan. Hoy continúa en la cima, al lado del rey de reyes “Cocha” Molina, con él continúa cimentando su voz, su canto y su cariño al pueblo colombiano. Gloria a Dios por mantenernos a “Poncho” Zuleta vi­gente en el folclor vallenato.

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