Sin escaparse de los asesinos, el género femenino, también ha recibido el sello de la muerte en La Guajira; donde un total de 17 han sucumbido violentamente, de estas 16 a bala y una con arma blanca, durante los ocho meses transcurridos del 2011.
Por: Wilfrido Vargas
La inexorable parca cada vez interesada por las vidas, no hace reparo si pertenecen al sexo débil; porque, durante el primer semestre se ha llevado a dos de ellas por mes, a excepción de febrero cuando registró tres homicidios, incluido una niña: durante los dos meses del segundo semestre: julio no registro y ahora agosto sin terminarse lleva cuatro asesinatos.
El año comenzó en su primer día causándole la muerte con arma de fuego a Yamile Montero Arias, en Potreritos, San Juan del Cesar y la otra mujer fue Katy Tafur Peluffo, quien fue baleada en Albania a finales de diciembre, produciéndose su deceso en enero.
Febrero dejó como resultado los homicidios de Maylen Guevara González, en Palomino y del mismo hecho resultó herida la niña Nubia Suárez Guevara, quien falleció tres días después en Valledupar. La otra muerte ocurrió en Manaure, cuando le fue cegada la vida a Olga Aguilar Franco. Todas a bala.
Para el mes de marzo, Yenis Medrano Martelo, estaba en la puerta de su casa en Maicao y murió después de presentarse un atentado contra el conductor de un automóvil que pasaba por el lugar. Y también se registró el caso de María Dingula Gil, quien fue asesina junto con su conyugue en Río Jérez, Dibulla.
Abril cedió a la muerte a la niña Ginna Moscote Pérez, en Monte Lara, Maicao y a Yuranis Sarmiento Fuentes en Riohacha; la primera a manos de su hermano y la segunda posiblemente por el novio.
Al llegar mayo, la situación no cambia, porque fueron asesinadas Deniris Gutiérrez Maestre en San Juan del Cesar, por su conyugue y, la adolescente Shirley Ospino Miranda, en Maicao por su hermano.
Junio nos ha dejado a Hiromaldis López Mercado, una ama de casa asesinada cuando caminaba hacia su vivienda. También se conoció el hecho de Rosa Villamizar Cadena, quien fue ultimada a bala cuando llegaba en la madrugada en compañía de un hombre, capturado días antes por pertenecer a los “Urabeños”.
Agosto dejó tres muertes a bala y una a machetazo, la primera sucedió el día ocho, cuando en Uribia María Uriana Uriana, 16 años de edad, ama de casa: fue atacada a machetazos, siendo trasladada a Maicao por la gravedad de las heridas, donde falleció.
El 15, cuando un grupo de individuos armados ingresaron a la ranchería Irutshima, jurisdicción de Uribia y asesinaron a María Laura Montiel, de 70 años, en el mismo hecho quedaron cuatro hombres heridos.
Dos días después, la víctima fue Lesvith Pinto Pérez, de 36 años de edad, vendedora de calzado, que llegó a la vivienda en el barrio Monte Bello en Maicao para alimentar a su bebé de cuatro meses, el asesinó le propinó cuatro balazos, sin tener en cuenta que estaba amantando en ese momento.
Seis días más tarde, en San Juan del Cesar es asesinada por su padrastro, la adolescente Lizet Alonso Nieves, de 14 años, quien estaba embarazada y al parecer el padre era el mismo autor del homicidio, quien había sido denunciado días antes de violar a la menor.
El respeto a la mujer se perdió, el valor que ellas significaban en décadas pasadas quedó descarriado; hoy son blanco de las balas al igual de los hombres.
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