Juan Francisco Kiko Gómez |
Desde hace algunos días vengo siendo
sometido de manera inclemente a un juicio público desde los medios de
comunicación, que inició con una publicación de la Revista Semana y continuó
con la grave imputación en mi contra de ser el autor de un presunto atentado
contra tres reconocidos periodistas de este país.
Los medios, con base en la información
de la Revista Semana y especialmente la ofrecida por los periodistas Gonzalo
Guillén en BLU Radio, y Santiago Villa en el Espectador.com, me han colocado
ante la opinión pública como el más temible criminal, al punto que el señor
Guillén dijo en esa emisora “este tipo
es más poderoso que Pablo Escobar”. Es inconcebible que alguien pueda
realizar una afirmación de esa magnitud.
Estoy pasando por el peor momento de
mi vida, no solamente porque han acabado con mi dignidad y mi honra, sino que
han puesto en inminente peligro mi vida y la de mi familia, y a la vez dejan al
pueblo Guajiro como cómplice de esos crímenes por haberme elegido, al afirmar
irresponsablemente que soy el autor de asesinatos, de contrabando,
narcotráfico, paramilitarismo, desplazamiento forzado, violaciones, etc. y
ahora el responsable de un plan para acabar con la vida de varios importantes
periodistas.
Lamento que la fuente de estas graves
denuncias no sea la Fiscalía o pruebas que estén en poder del periodista
Guillen, quien en BLU Radio aseguró que sólo cuenta con “informaciones que coinciden con otras informaciones” y no con
pruebas. Deja entrever en su entrevista que la información la ha recibido, en
sus correrías, de gentes de la Costa a quienes él considera sus fuentes. Estas
informaciones han sido utilizadas, según él, por la Revista Semana, pero además
por los periodistas León Valencia, Ariel Ávila y Santiago Villa, y también
replicadas por los demás medios de comunicación para enjuiciarme. Precisamente,
la última edición de la Revista Semana trae una columna del periodista Daniel
Coronell, quien una vez más reproduce lo dicho por Guillén. Ninguno de ellos me
ha escuchado.
No me cabe duda que el periodista
Gonzalo Guillén, a quien no conozco ni de nombre ni de trato y de quien no
sabía que me investigaba, ha sido engañado con la información que ha recibido,
con seguridad, de mis enemigos; por esto, me voy a permitir brevemente contarle
al país lo que ha sucedido en La Guajira en la última década:
Soy un campesino indígena Wayuu, que
tuve la osadía de incursionar en la política, y por ello todos mis problemas
nacieron cuando pretendí ser Alcalde de mi pueblo, es así como en mi campaña
para mi segunda elección a la Alcaldía de Barrancas, llegó a la Fiscalía el
primer anónimo. Sin embargo, el pueblo me eligió una vez más Alcalde, pero tres
días antes de mi posesión, el 28 de diciembre de 2.000, tuve que concurrir a la
Fiscalía a rendir versión sobre todos los hechos que se mencionaban en ese
anónimo.
Desde el año 2.000, la Fiscalía ha
investigado todos los hechos denunciados, porque cada vez que ocurre un nuevo
crimen en La Guajira o en otros Departamentos, aparece un nuevo anónimo en la
Fiscalía, por lo que se puede decir que soy el hombre más investigado en este
país, aclarando que todas las investigaciones se han hecho por medio de
indagaciones preliminares, pues nunca se me ha abierto ninguna investigación
formal, pero sí se han recibido cientos de pruebas testimoniales, se han
practicado inspecciones judiciales y se han desarrollado labores de
inteligencia que han arrojado 14 informes de policía judicial, donde se
establece que no tengo ninguna relación con todos esos hechos.
Además, se allegó éste año a la
indagación preliminar que cursa en mi contra en la Fiscalía, un informe donde
se dice que más de 400 desmovilizados, la mayoría de La Guajira, no me
mencionan y ni siquiera me conocen; se ha certificado por la propia Fiscalía
que los jefes paramilitares que operaron en la zona, Salvatore Mancuso, Hernan
Giraldo y alias “Jorge 40”, nunca me han mencionado en sus múltiples versiones
que han rendido ante Justicia y Paz. Es más, en plena campaña a la Gobernación
(2.011), la Fiscalía se desplazó hasta Estados Unidos y le recibió declaración
juramentada al señor Salvatore Mancuso, quien aseguró reiteradamente no
conocerme siquiera.
Por otro lado, la doctora Yandra Brito
fue mi Secretaria de Salud, y no directora del hospital como dice la Revista
Semana; su profesión era la de odontóloga y no médica como lo dice Semana.
Posteriormente fue quien me sucedió en la Alcaldía de Barrancas y a quien
acompañé en esa pretensión. Cuando es asesinado su esposo, Henry Ustáriz, ella
formula la denuncia penal contra indeterminados, pero sólo pasaron unos meses
para que aparecieran nuevos anónimos en la región señalándome ahora como autor
intelectual de esa muerte; esa fue la razón para que Yandra Brito, 4 meses
después de los hechos, acudiera a la Fiscalía a denunciarme. Esta denuncia
motivó otra indagación preliminar en mi contra que duró 3 años, donde se
recibió el testimonio de mucha gente y se practicaron todo tipo de pruebas,
también rendí versión libre y al cabo de lo cual se decretó el archivo de
expediente por parte de la Fiscalía Delegada de Derechos Humanos, con fecha 04
de Enero de 2.011, desde luego porque la Fiscalía ni siquiera halló mérito para
abrirme investigación formal.
Pero mis problemas se agravaron cuando
me atreví, por petición de los Guajiros, a postularme como candidato a la
Gobernación; nuevamente se pide acelerar la investigación y la Fiscalía viaja a
Estados Unidos a recibir declaración a Mancuso, logran que el Partido me quite
el aval, me demandan ante el Consejo Nacional Electoral y como ninguna de esas
acciones les funcionaron, 21 días antes de la elección, me hicieron en plena
plaza pública un atentado contra mi vida, hiriéndome gravemente, del cual
gracias a Dios pude sobrevivir.
Ante mi contundente victoria,
inmediatamente me demandaron ante el Tribunal administrativo de La Guajira y
seguramente pensando que esa demanda me sacaría de la Gobernación, pude
gobernar con tranquilidad durante 01 año y 04 meses, pero no fue sino que el
Consejo de Estado hace aproximadamente 20 días, fallara a mi favor, para que en
forma inmediata apareciera el artículo de la revista Semana y días después la
acusación de ser el autor del atentado contra los periodistas.
Tan lejos han llegado mis enemigos,
que crearon un correo electrónico a nombre de mi hijo, y de allí se envió a la
Presidencia de la República y a la Fiscalía General, una denuncia donde
supuestamente mi propio hijo pedía que me investigaran, nuevamente por los
mismos hechos. Tales correos originaron una indagación preliminar a la cual ya
concurrió mi hijo para desmentir la denuncia.
También la Revista Semana me señala
como el autor intelectual de la muerte de dos mujeres, Yandra Brito y la Chachi
Hernández. Respecto de Yandra, me enteré que fue asesinada en Valledupar, en un
momento en el que ya me desempeñaba como gobernador y cuando no tenía ningún
problema ni relación con ella, toda vez que la investigación por la muerte de
su esposo había sido archivada desde enero del año 2011. En cuanto a la Chachi
Hernández, nunca tuve ninguna clase de relación con esta persona, y también me
enteré que había sido asesinada en la ciudad de Santa Marta. Jamás sería capaz
de algo semejante.
Hoy estoy seguro que mis enemigos son
la clase política tradicional que había manejado por muchos años al
departamento de La Guajira, politiqueros que han logrado poner a sus seguidores
como mis enemigos. De todos ellos han salido todas las falsas incriminaciones a
lo largo de los años. A mí no me perdonan que me haya atrevido, un auténtico
campesino indígena Wayuu, a dirigir los destinos de esta hermosa tierra.
Dice Semana que prácticamente fui
candidato único, lo cual es falso porque la competencia fue reñida; mientras
obtuve 125.000 votos, el doctor Bladimiro Cuello, obtuvo 105.000, de quien
también afirman tengo exiliado.
Francamente es ilógico pensar que quien ya ganó una elección
legítimamente se dedique a perseguir al perdedor; carece de sentido tal
deducción.
Ahora bien, no conozco ni tampoco he
tratado a los periodistas León Valencia y Gonzalo Guillén ni me han iniciado
investigación por informes de estos señores. En Riohacha y en campaña tuve una
entrevista cordial con el periodista Ariel Ávila en presencia del médico José Octaviano
Liñán Murgas cuando el Partido me retiró el aval, me explicó que obedecía a una
investigación de la Fundación Arco Iris, que concluyó en señalar a más de 80
candidatos de Cambio Radical como inhabilitados por tener investigaciones en su
contra. En lo que a mí respecta, era cierto; sin embargo, acudí ante la
Fiscalía para que me certificara que en mi contra no existía investigación
formal sino indagación preliminar, certificación que presenté ante el Consejo
Nacional Electoral.
Como la opinión pública lo recordará,
en ese momento, a mí se me cuestionó por tener una investigación por presuntos
vínculos con paramilitares, pero en ningún momento se me acusó de los crímenes
a que se refiere el periodista Guillen.
Resulta también ilógico que yo,
habiendo ganado la Gobernación y estando trabajando por mi Departamento, fuera
a ordenar atentar contra unos periodistas que ningún daño me han hecho y que no los conozco, reitero,
porque el informe de Arco Iris era cierto, en el sentido de que tenía una
indagación preliminar.
El periodista Guillén también
cuestiona a la Fiscalía y todas las autoridades judiciales que han guardado
relación con estas investigaciones, asegurando que han generado impunidad. Al
respecto, en la Fiscalía deben obrar los expedientes de las investigaciones
archivadas, para que sean revisadas y, en todo caso, desde hace casi año y
medio soy investigado directamente por el Fiscal General de la Nación, en
cumplimiento del fuero que me asiste por
tener la calidad del Gobernador; el señor Fiscal General adelanta la investigación
con apoyo de un Fiscal Delegado ante la Corte Suprema de Justicia, tiempo
dentro del cual se han decretado ya cerca de 100 pruebas, sin que hasta hoy
aparezca el más mínimo indicio en mi contra.
Será entonces la Fiscalía General de
la Nación, con el apoyo de los organismos de inteligencia, quien deberá
establecer cuál es el verdadero responsable de todos los hechos denunciados, de
los homicidios de las dos mujeres y del presunto atentado contra los
periodistas, pues por todos estos hechos existen investigaciones penales. De mi
parte, estoy presto a cualquier requerimiento que se me haga, pues toda mi vida
he sido respetuoso de la ley y de sus instituciones.
Pues bien, confió en Dios y en la justicia colombiana, y tengo fe que muy
pronto se aclarará, para tranquilidad del pueblo Guajiro, de mi familia y para mí,
esta horrible situación que estoy atravesando. No oculto sin embargo mi
profunda preocupación porque la perversa capacidad de daño de mis enemigos, los
lleve a montar pruebas falsas para conseguir sus propósitos, en todo caso tengo
la certeza de que la Fiscalía las evaluará y las desechará, porque como lo he
afirmado categóricamente, soy inocente y por ello no pueden existir pruebas en
mi contra.
Para terminar,
señores medios de comunicación, estoy listo a responder ante ustedes las
preguntas que tengan a bien formularme y por el medio que estimen conveniente.
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