Por: Hernán Baquero Bracho.
Corría el año 2004, cuando la presidencia de Álvaro Uribe Vélez, siendo su vicepresidente Francisco Santos Calderón, quien buscando un mejor bienestar para La Guajira con documentos ultrasecretos que menos de uno conocía en la península “Estrategias de Optimización del Uso de Regalías de Carbón”
comenzó a fraguar un empréstito de 90 millones de dólares con el Banco Mundial, que la dirigencia del departamento en ese entonces, la opinión pública y la comunidad en general no estaban muy convencidos de dicho préstamo beneficiaria para el objetivo por el cual estaba planificado. Fue en la gobernación de José Luis González Crespo, cuando a través de foros y tertulias se logró concretar el ambicioso plan, lo que el suscrito denominó en su momento “Civilidad Política” y en su administración se aprobó y se concretó el empréstito en mención, el cual fue finalmente desembolsado después de tantos tramites nacionales e internacionales tal como lo contempla la ley 80 o ley de contratación en el año 2007.
Préstamo donde la nación prácticamente no se comprometía en nada, al contrario La Guajira que asumió la deuda total, donde a la fecha la hace casi inviable en materia financiera por el compromiso adquirido con el ente internacional. Pero lo más grave que a la fecha dicho préstamo no ha solucionado el problema para el cual se planificó como fue la optimización del agua potable del departamento, sino que una gran porción de lo gastado hasta ahora se ha ido en burocracia centralizada impuesta por el gobierno nacional de la época y el problema de agua y alcantarillado continua igual o peor especialmente en Riohacha, la ciudad capital. ¿A cuánto asciende la deuda hoy de La Guajira con el Banco Mundial? ¿Cuántos intereses se han pagado por dicho préstamo? ¿Ha habido eficiencia y eficacia en las contrapartidas entregadas por el Banco Mundial? ¿Y la misión y resultados del operador del empréstito donde está?. Son preguntas que se hace la opinión pública de esta sufrida y golpeada guajira por tantos avatares que ha padecido.
Dentro de esas debilidades de este famoso préstamo, donde la nación se comprometió con el aval de los 90 millones de dólares y que en su momento se denominó “revolución del agua potable”, la nación se comprometió con dicho proyecto con una cifra irrisoria de ocho millones de dólares, ¿Cuál fue la constante de la variable financiera si el préstamo se tomó en pesos? ¿Se tomó valor presente del sistema cambiario o valor creciente del mismo? Al no existir un modelo económico de la tasa cambiaria en el país para la época, ¿Cómo se pactó el sistema de intereses con el libor en dólares? Cuando en su momento la FED (Reserva Federal) el Banco Central de Estados Unidos decretó en ese momento un incremento de un cuarto de punto porcentuado en la tasa de interés en ese país que se ubicó en 5.75 por ciento, lo más seguro que generó nuevas alzas, lo que aumentaría el libor para el préstamo internacional, convertidos a pesos de acuerdo a la tasa de fluctuación del dólar y de la devaluación y/o revaluación del peso.
Y una reflexión de este embeleco en que nos metió “Pacho” Santos es la vulnerabilidad financiera de la mayor parte de los fiscos departamentales a dicho riesgo: cuando la devaluación se aceleró la mayor parte de los departamentos que tenían saldos de deuda en dólares se atrasaron en el pago del servicio y los indicadores de capacidad de pago reflejaron una situación de insolvencia e insostenibilidad y la más grave ¿al entrar en vigencia la ley del nuevo Sistema General de Regalías en qué punto del equilibrio macroeconómico queda el empréstito y más aún La Guajira?
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