Escasa afluencia de viajeros y el temor a que se extienda el cierre fronterizo ordenado por el Gobierno de Nicolás Maduro entre San Antonio y Cúcuta, reinaban hoy en el paso entre el departamento de La Guajira y el estado Zulia, el segundo en importancia entre Colombia y Venezuela.
En la localidad colombiana de Paraguachón, que marca el límite en el norte del país, y paso obligado para quienes van o vienen por tierra de Maracaibo (Venezuela), el panorama es de tranquilidad, dijo por teléfono a Efe Pedro Díaz, un comerciante de la zona quien señaló que, "como siempre, unos entran y otros salen".
"Aquí en Paraguachón esto está quieto. No sé si más luego o mañana o en la tarde cierren, pero esto está normal", afirmó Díaz, uno de los muchos comerciantes instalados al borde de la carretera que comunica a ambos países y por la que transitan a diario miles de personas en autobuses, camiones y autos particulares.
Fuentes de Migración Colombia dijeron a Efe que más allá del flujo normal en la región, entre los pasados lunes y jueves fueron recibidos en Paraguachón 124 ciudadanos colombianos, entre deportados, expulsados y repatriados.
El portavoz aclaró que se trata de una entrega normal de ciudadanos indocumentados que han sido deportados o de aquellos expulsados por tener algún problema con las autoridades.
Colombia y Venezuela comparten una frontera de 2.219 kilómetros con tres puestos terrestres en Paraguachón (La Guajira), Cúcuta (Norte de Santander) y Arauca (Arauca), y uno fluvial en Puerto Carreño (Vichada), según la agencia oficial Migración Colombia.
Cifras de la entidad indican que en lo corrido desde el 1 de enero hasta el 26 de agosto han sido registrados en Paraguachón 307.000 movimientos migratorios, es decir, entradas y salidas, lo que representa un 3 % menos que en el mismo período del año pasado.
Por esta frontera se mantiene vigente el cierre nocturno del paso de transportistas, vehículos particulares y personas hacia Venezuela, que ese país ordenó para combatir el contrabando.
La situación contrasta con la que se vive en el cruce de Cúcuta, que hace frontera con las ciudades venezolanas de San Antonio y Ureña, en el estado Táchira, cerrado desde hace nueve días y por donde han pasado desde entonces alrededor de 5.300 personas.
De ellas, según la Oficina de Coordinación Humanitaria de Naciones Unidas en Colombia (OCHA), 1.088 han sido deportadas o repatriadas, en tanto que 4.260 colombianos han "retornado de forma espontánea".
El miércoles pasado el presidente venezolano, Nicolás Maduro, ordenó cerrar un tramo de 100 kilómetros de la frontera con Colombia tras un ataque de supuestos contrabandistas en el que resultaron heridos tres militares y un civil.
Dos días después decretó un estado de excepción en la región para combatir el contrabando, el hampa y supuestos paramilitares, a raíz del cual han sido deportados o repatriados más de mil colombianos y y han salido de forma precipitada otros 4.000.
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