Perito dice que alcohol pudo jugar un papel importante en su caída al caño del parque El Virrey.
“Podemos concluir que la causa inmediata de la muerte fue asfixia por sumersión parcial, en la que la alcoholemia jugó un papel muy importante no solo en la asfixia, sino también en la caída que produjo el severo trauma facial”. Esta es la tesis de Yocasta Brugal, la experta forense que declaró en el caso de Luis Andrés Colmenares hace una semana y que puso nuevamente sobre la mesa la hipótesis de que ese 30 de octubre del 2010, en el parque El Virrey de Bogotá, ocurrió un accidente y no un crimen.
El informe de la perita puertorriqueña, patóloga anatómica y subespecialista forense, fue presentado por la defensa de las jóvenes Laura Moreno y Jessy Quintero como prueba de que los golpes y fracturas que tenía el cuerpo de Colmenares fueron producto de la caída y no provocados por terceras personas.
Los resultados del análisis realizado por Brugal, y que bajo juramento expuso en audiencia, en el marco del juicio que se adelanta contra Moreno y Quintero, rebaten la teoría de la Fiscalía que insiste en que se trató de un homicidio.
Máximo Duque, exdirector de Medicina Legal, quien realizó una segunda necropsia del cuerpo del joven en septiembre del 2011 y es uno de los testigos claves del ente investigador, dijo que Colmenares murió por un “trauma craneo-cervical y trauma craneoencefálico” y catalogó como homicidio la manera probable en que sufrió esas heridas.
En el informe de la primera necropsia realizada por la doctora Lesly del Pilar Rodríguez se lee que la causa de muerte fue asfixia por sumersión y la manera de muerte, “violenta a determinar”.
Sin duda, la información aportada por Brugal constituye un nuevo capítulo en el que es uno de los casos judiciales sin resolver más sonados de los últimos años. La investigadora, que cuenta con gran reconocimiento internacional, dijo en la audiencia que este caso le llegó por medio de un profesor en Puerto Rico que le habló de un proceso en Colombia que “estaba muy enredado”.
El informe de Brugal tiene una descripción detallada de las lesiones que se encontraron en el cuerpo del joven, de 20 años. La forense dice que el golpe en la cara de Colmenares es compatible con la caída al caño, y que se presentó con una energía mayor que la que provocaría un puño o un botellazo.
Sobre la hemorragia que Máximo Duque inscribió en su informe observó en los músculos del cuello de Colmenares, Brugal argumenta que no hay evidencia que sustente dicha hemorragia y que en un cadáver descompuesto, como se llevó a cabo la segunda necropsia, es muy difícil apreciarlo “a menos que se confirme por estudios histológicos”.
La forense considera relevante el que el joven estuviera bajo los efectos del alcohol, pues eso pudo contribuir a la caída al caño, y que por la fuerza con que se produjo lo dejara inconsciente por un tiempo.
“Todas las lesiones están localizadas en la cara, en el resto del cuerpo no hay heridas de defensa ni ningún tipo de lesiones traumáticas, excepto por abrasiones en las rodillas. Los hallazgos de la autopsia muestran que Colmenares estaba vivo cuando se puso en contacto con el agua”.
El dictamen indica que el trauma en la cara de Colmenares no sería por sí mismo la causa de la muerte, pues la intervención de ese tipo de fracturas demuestra que hay altas probabilidades de recuperación. Sin embargo, “hay una probabilidad de que el trauma contribuyera a su muerte, causando más confusión o pérdida del conocimiento transitoria que no le permitiera reaccionar o pasar juicio ante el peligro de un ahogamiento”, precisa.
Por eso el informe concluye que no “existe ningún elemento científico para considerarlo (el caso) homicidio. Entendemos que la causa de la muerte fue asfixia por sumersión, como contribuyente de un severo trauma craneofacial, y la manera de la muerte, accidental”.
Las pruebas de la Fiscalía en el caso
El informe del exdirector de Medicina Legal Máximo Duque sobre el análisis del cuerpo de Colmenares incluyó las siguientes observaciones: “Las lesiones observadas no presentan un patrón de trauma compatible con una caída de altura. (...) Hay un patrón de lesión compatible por un golpe directo producido por un objeto de forma redonda y un trauma en el rostro, al parecer producidos por impactos de alta energía”.
Además, el documento, que constituye una de las pruebas de la Fiscalía para demostrar que fue una muerte violenta ocasionada por terceros, indica que el grado de alcohol que se le encontró al joven no le permitía “desarrollar una gran velocidad para tirase al caño y producirse la fractura de las características que presentó Luis Andrés, ni por la gravedad ni por la localización, ya que tendría que haber caído de lado para producírsela, y no hay explicación para tirarse de lado”.
Tomado de: http://www.eltiempo.com/
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