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De acuerdo con el pediatra del hospital de Nuestra Señora de los Remedios, la desnutrición de los menores es una culpa compartida por alcaldes, gobernadores y padres de familia. Asegura que es necesario invertir en las comunidades y no ser asistencialistas.
Por: Camila Zuluaga
El pediatra Abudi Dasuki aseguró que es necesario que el Estado invierta en la Guajira y no sólo se centre en proyectos asistencialistas. / Archivo particular
Esta semana se registraron las muertes de tres niños por desnutrición en el departamento de La Guajira. A pesar de que las autoridades han puesto su atención sobre esta crítica situación, se siguen presentando fallecimientos por mala alimentación. El Espectador habló con el pediatra de ese departamento, médico del hospital de Nuestra Señora de los Remedios, Abudi Dasuki, quien manifiesta que, a pesar de los esfuerzos hechos recientemente, si no hay cambios estructurales, los niños de esta región seguirán muriendo.
Se han conocido dos nuevas muertes de niños de La Guajira. ¿No han servido las medidas tomadas por el Gobierno?
Se están haciendo cosas, pero falta mucho, y le digo se que se van a seguir muriendo niños por desnutrición.
¿Por qué plantea ese panorama tan desolador?
Porque el 80 % de los niños que se han muerto este año por desnutrición en La Guajira tienen una patología de base que les impedía aumentar de peso y de talla.
¿Por qué los niños en La Guajira tienen esta patología de base?
Sobre la desnutrición de los niños, todos tenemos responsabilidades. Al Estado le faltan muchas cosas por hacer, hay comunidades indígenas que no tienen vías de acceso y no tienen nada de qué vivir. No estoy diciendo que hay que ser asistencialista, que es lo que quieren muchos aquí, pero sí hay que invertir en estas comunidades.
Y los otros actores de esta situación, ¿qué responsabilidad tienen?
La responsabilidad es compartida, los alcaldes y gobernadores sin duda tienen su cuota. Los papás también tienen que asumir su parte por ser la primera línea de defensa del niño. Las comunidades wayuus y sus líderes también tienen que poner de su parte porque tienen gran responsabilidad.
¿Cuál específicamente?
Los niños se les están muriendo y no toman las medidas pertinentes. Este es un trabajo compartido; solos no se pueden hacer las cosas. A mí de qué me sirve ir a una comunidad a tomar una foto de un niño muriéndose de hambre y subirla a las redes sociales, como algunos hacen, y luego a los tres o cuatros días ir y tomar la foto del cajón del niño. Eso es patrocinar la muerte por desnutrición, eso es jugar con la niñez del departamento. Lo más sano es coger ese niño, sacarlo y llevarlo a una institución de salud para salvarle la vida. Pero lo que pasa es que esto se ha vuelto un negocio. Hay mucha gente que vive de la muerte de los niños wayuus y de las fotos de sus cajones. ¿Qué pasa con los papás de estos niños que no reaccionan a tiempo?
Hay que invertir mucho en la educación de los padres, porque muchas veces ellos no toman las medidas pertinentes en su momento, pues esperan a que se compliquen en las comunidades y sólo en última instancia los traen a los centros de salud. Parte el alma de verdad ver cómo llegan los niños al hospital. Si no hacemos un trabajo coordinado entre todos, los niños se van a seguir muriendo. Este año faltan diez o veinte más.
¿No se está haciendo ese trabajo coordinado? ¿De eso no se ha tratado la intervención del Gobierno en el departamento?
A veces sí y a veces no. Falta mucha más organización y que cada uno asuma su rol dentro lo que se tiene que hacer. Este es un departamento complejo, en donde hay pobreza, hambre, miseria, y para erradicar el hambre hay que invertir.
El gobernador encargado dijo que no es que no se hayan destinado los recursos, sino que ha habido malos manejos de los dineros en el departamento…
En todo el país hay corrupción, pero en el interior nadie se salva de eso tampoco. A los entes de control les toca vigilar y hacer seguimiento, pero aquí nadie vigila ni hace seguimiento de nada. Este es un departamento señor de mi silencio y todo el mundo hace lo que se le da la gana.
Quiero volver a la responsabilidad de los padres de estos niños. Muchas veces la cuestión cultural ha sido una barrera para prestar el servicio de salud. ¿Cómo se puede contrarrestar esa limitante?
Como se lo dije al ministro de Salud: ahí es donde tienen que intervenir las EPS, porque así como se matan buscando afiliar a los usuarios, de la misma forma deben contribuir y matarse para llevar las brigadas de promoción a las comunidades indígenas. Muchos de los usuarios de estas EPS tienen carné de salud, pero no tienen un control de crecimiento y desarrollo, en vacunas y demás…
¿Por qué no se les hace a estos usuarios el seguimiento y control pertinente?
Porque las EPS no cumplen con su trabajo de hacer seguimiento y control a sus afiliados. Estas entidades tienen un papel fundamental y no lo están ejerciendo.
¿Cómo manejar la barrera cultural?
La barrera cultural existe, claro, pero no lo es todo. Hay muchas cosas que se pueden hacer para solventarla. Educar, concientizar, hablar, hacer las actividades como se debe. Pero si nunca les llevan nada, ni un médico, es imposible. Hay usuarios que llegan a consulta y uno les pide un examen de orina que no vale ni $2.000 y a los tres meses vuelven porque la EPS se los negó. Entonces, ¿a qué estamos jugando en este país?
¿El personal médico con el que cuenta el departamento es suficiente?
Personal hay. Existimos muchos pediatras que estamos trabajando aquí en este tema, pero nosotros sólo somos una herramienta. Este es un tema interdisciplinario. Estamos aquí para salvar vidas, pero somos seres humanos y hay cosas que se nos salen de las manos.
¿Cómo ha sido el papel del ICBF en La Guajira en este caso de los niños con desnutrición?
El ICBF últimamente ha despertado, pero una sola golondrina no hace verano. Esto es responsabilidad de todos los ministerios, el de Salud, el de Educación. Aquí no sólo se mueren los niños de cero a cinco años, también se mueren niños de mayor edad. Es más, me acaba de llegar un niño de siete años. ¿Dónde están los programas de alimentación escolar?
A propósito de los programas de alimentación, se ha conocido un informe de la Contraloría sobre irregularidades en los contratos de alimentos. ¿Cómo es la calidad de la alimentación escolar de los niños en La Guajira?
La gente está escandalizada por esa noticia. Eso para mí no es raro, eso siempre ha pasado en el departamento de La Guajira. Ahora todo el mundo ha salido a hablar del tema, pero ¿por qué no se habían puesto a hacer bien la tarea de intervenir los contratos y demás? Aquí hay escuelas que les dan comida podrida a los niños y todo el mundo los sabe, pero la gente calla y encubre, y si seguimos así, nada va a cambiar.
¿Por qué la gente se calla y no denuncia?
Porque este es un departamento en el que a la gente le da miedo denunciar. Detrás de todo esto hay gente muy poderosa.
¿Les da miedo denunciar cuando el Gobierno Nacional tiene los ojos puestos en ese departamento?
Pero si cuando el presidente vino, hace 15 días, todos los alcaldes le dijeron que todo iba bien. Nadie decía la verdad. El presidente se fue con la idea de que todo está marchando divinamente, y no.
Pero, entonces, ¿no sirvió de nada esa visita?
La única intervención que sirvió fue la mía, porque yo sí le dije la verdad, nadie más.
¿La intervención que se está haciendo con ministros y demás no está dando resultados?
Ahora sí, ahora todos están despiertos y activos. Se están viendo los resultados y se van a seguir viendo, pero no se puede dejar de hacer presión, porque si no de nada habrá servido. ¿Cuántos casos por desnutrición les han llegado este año al hospital de Riohacha?
Este año, aquí, en el hospital de Nuestra Señora de los Remedios, hemos recuperado 146 niños con desnutrición aguda severa y hemos tenido cero muertes por desnutrición.
¿Sirven de algo las brigadas de salud de la empresa privada que han llegado a La Guajira?
Eso es una porquería, eso es un chiste y una burla al departamento. El problema de la desnutrición no se acaba llevando brigadistas de cinco minutos, ni un mercadito, porque eso se lo comen en dos tres días y después no tienen con qué. Aquí tenemos que ser serios. Esas no son las estrategias que se tienen que implementar. La Guajira no se está muriendo de hambre ahora, esto viene de hace veinte años.
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