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POR:
GERMÁN CORCHO TRÓCHEZ
Un juez impuso medida de aseguramiento contra la viuda del asesinado director regional de Medicina Legal, Eduardo Pinto • Defensor anunció que se prepararán para el juicio.
Con un casco del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) y un chaleco antibalas, en medio de cinco agentes y custodiada por no menos de 50 uniformados más que estuvieron liderados por el coronel José Palomino López, comandante operativo de la Policía Metropolitana.
Así salió Dayana Jassir De la Hoz de la URI de la Fiscalía, hacia la Cárcel Distrital El Buen Pastor, después de que un juezordenó su detención por el homicidio de su esposo, Eduardo Pinto Viloria, quien era director regional de Medicina Legal.
La bacterióloga abandonó a las 6:24 de la tarde la sede de la Fiscalía ubicada en la calle 41 con carrera 41, sector del Centro. Fue subida a una camioneta del servicio de protección de la Mebar y, en menos de 10 minutos, llegó al reclusorio localizado en la calle 43 con carrera 26B, barrio Montes.
El veloz traslado fue posible porque al menos siete motopatrullas, cada una con dos agentes del servicio de Tránsito, le abrieron camino a la camioneta en medio del congestionado tráfico que a esa hora del día es habitual en la ciudad.
“¡Carajo, pero ni que fuera el presidente!”, “tanto espectáculo para qué, acaso quién le va a hacer algo”, exclamaron varias de las personas que se aglomeraron a las afueras de la URI, donde también hubo presencia de uniformados del Esmad.
La salida de Jassir demoró casi tres horas, desde que se acabó a las 3:30 p.m. la audiencia en la sala 15 del Centro de Servicios Judiciales. Allí, el juez penal municipal ambulante contra bandas criminales, Ricardo Méndez Díaz, definió su permanencia en la cárcel.
Jassir fue cobijada con la medida de aseguramiento intramural por solicitud del fiscal 26 de la URI, Carlos Newball Rodríguez.
Decisión no fue apelada
Por esta muerte, agentes de la Dijín capturaron el jueves pasado a Johan Beltrán Ulloque, chofer de los Pinto Jassir; Miguel González Reales, conductor del taxi utilizado en el plan para asesinar al funcionario; y a uno de los sicarios, Jesús Gutiérrez Arrieta.
Jassir De la Hoz fue aprehendida la mañana del lunes, cuando arribó al Centro de Servicios Judiciales para presenciar la continuación de las audiencias concentradas a los detenidos. Todos aceptaron los cargos por concierto para delinquir, homicidio agravado, hurto calificado agravado y porte ilegal de armas.
El fiscal Newball le imputó el martes a la mujer solo dos delitos: concierto para delinquir y homicidio agravado. Ella, sin embargo, se ha declarado inocente.
Y al igual que contra los tres hombres, el delegado solicitó para ella medida de aseguramiento porque hay evidencias para considerar que es probable su participación en el plan criminal contra el funcionario forense y, por eso, podría ser “un peligro para la sociedad”.
La petición del fiscal fue apoyada por el procurador delegado al caso, Gerardo González Llinás.
El anuncio del juez quedó en firme y no será objeto de análisis por un despacho penal del circuito, debido a que el abogado de Jassir no presentó apelación ni algún otro recurso.
¿Por qué fue involucrada?
La bacterióloga ha resultado implicada en el crimen por el interrogatorio que rindió uno de los detenidos, Beltrán Ulloque, con quien sostenía un romance.
En su declaración, el chofer aseguró que “la idea de matar a Eduardo nació de Dayana”. También mencionó detalles sobre parte del pago de $2,9 millones a los sicarios contratados.
“Yo era el que realizaba los retiros de la cuenta de ella de la nómina de Medicina Legal en Bancolombia; cambiaba la clave y le daba a ella para que pagara sus cosas y me quedaba con el resto”.
El confeso coautor del asesinato atribuyó además a Jassir haberle exigido que se cometiera el crimen. “Que todo pareciera como un hurto”. Y sostuvo que además se pusieron de acuerdo para concordar en las versiones que entregaron a las autoridades sobre lo ocurrido el 4 de mayo.
Pinto Viloria, de 34 años, fue asesinado ese día dentro de la casa donde vivía con Jassir y su hijo, en la calle 46 con carrera 18, barrio Cevillar, suroriente de la ciudad.
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