¿Todos Somos Corruptos?


Por: Hernán Baquero Bracho.
                                                                                                           
Con los últimos acontecimientos que han venido ocurriendo en La Guajira, donde hemos sido estigmatizados hasta la saciedad  de ladrones y bandidos, como si fuéramos los mayores corruptos del país, surge la pregunta obligada ¿todos somos corruptos? No. Pero para la gran  prensa nacional y para la dirigencia de Colombia si lo somos. Se ha llegado al extremo de ofendernos y de maltratarnos de manera lacerada a nuestra moral, que el actual gobernador encargado Jorge Enrique Vélez, quien como si se tratara un rey, al anunciarse alguien de esta región, tiene la desfachatez de enviarle un recado que no lo puede atender porque es un corrupto y lo más grave que han sucedido estos hechos y nadie dice nada. De ahí la expresión  de muchos guajiros, que somos unos badulaques y encima de ello unos jalabolas que para ganar algo, nos convertimos en oportunistas y el que se señorea en la gobernación recibe complacido a estos pobres guajiros con tal que le cuente quienes son los tales corruptos. ¡Qué horror!.

Pero volviendo al tema de esta columna, La Guajira con lo que cuenta es con un ejército de gente noble, honesta, proba, transparente y como lo dice el dicho popular somos más los buenos que los malos. Si hiciéramos un balance a groso modo en nuestro territorio, lo que abunda es sin lugar a dudas es gente honesta. Solo en Riohacha por tomar algunos nombres de manera aleatoria tenemos a un Álvaro Romero Guerrero, a un Jaime Brito Lallemand, a una María Isabel Cabarcas Aguilar, a un Luis Guillermo Baquero Rojas, a un  Jesús Quintero Mazeneth, a un Nelson Rodolfo Amaya, a un Nemecio Rois Garzón y su hermano Raúl, a un Jaime Espeleta Ariza, a un Manuel Sierra Pimienta, a un Luis Gómez Pimienta, a un Álvaro Romero, Victorio Pérez Ballesteros, entre ese ejército moral con que cuenta Riohacha.  Si nos fuéramos a San Juan del Cesar encontramos valores de la talla de Humberto Rois Fernández,  Gloria Cuello Cuello, Jaime Rafael Daza, Eduardo Fragozo Daza, Marco Bolaño Vega, Rafael Humberto Frías, Jacobo Celedón Crespo, entre otros.
Si nos fuéramos a Fonseca encontramos talantes morales de la talla de Stevenson Marulanda Plata, los hermanos Velásquez,  Gregorio Marulanda Aarón y sus hijos Rafael y José, Luz Estela Bruges González, entre tanta gente honesta. En Distracción tenemos a un Hernán Reina Caicedo, Carlos Caicedo Maestre, entre otros. En Urumita talantes de la talla de Iván Fuentes Acosta, Campo López Torres, Enrique López Lora, entre otros. En Maicao un William Ballesteros Cerchario, Mohamad Dazuki, Alejandro Rutto, Ingrid Ballesteros Solano, entre tantas personalidades que gozan de honor y de prestigio en la ciudad fronteriza.

 En Villanueva talantes de la talla de Rafael  y Ospicio Baquero Herrera, Gilberto Orozco Orozco, Campo Elías Cabello, Ismael Fernández Gámez, Jaime Luis Lacouture Peñaloza, Normando Suarez Fernández, Julio Guillermo Bula, Nimia y Efraín Mendoza Ariza, Liliana Socarras Baute, Estela Zabaleta Montero, Rosario Maldonado, Darío Martínez Ferreira, Rubén Daza Amaya, Jaime Daza Almendrales, Hugo Contreras Fuentes, “Tomasito” Dangond, Mercy y Manolo Fernández Valverde, Rodrigo Daza Cárdenas,  Hesneth Gutiérrez Rodríguez, Orieta y Cielo Peñaloza Ovalle, entre ese ejército de gente honorable que siempre ha distinguido a Villanueva.

Y si recorriéramos cada municipio y cada poblado de nuestro departamento, lo que encontraríamos es un semillero de personas que en su vida preclara y cristalina han hecho las cosas bien y son ejemplo de la cotidianidad de nuestra guajira. La división reinante entre las orillas políticas ha sido el talón de Aquiles  para que la opinión nacional nos haya estigmatizado de la manera más ruin con que se ha golpeado a una región de la patria y a una población inmersa eso si en tantos desafueros que hemos perdido nuestra dignidad y nuestra honra por culpa de las acciones malévolas de unos pocos que se constituyen en la minoría, pero que se convierten en el foco de atención de todo un país que de manera injusta pagamos justos por pecadores por casos específicamente de corrupción y de robos descarados. Estamos a tiempo  de corregir tantos entuertos. 


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