La imagen de Jorge Pérez: misión imposible.

Por: Wilson Alfonso Daza Cárdenas.

Hernán Baquero Bracho, a los asiduos visitantes de vivatufm.blogspot.com, nos tiene acostumbrados a buenos artículos. Su excelente manejo de la gramática, el empleo de los términos adecuados, y su ingeniosa narrativa enriquecen la página. A propósito, uno de esos escritos fue dedicado a la memoria de mi padre, lo que hace a Hernán merecedor de un profundo agradecimiento de mi parte. Y es que hay algo que está presente y casi palpable en sus artículos: la motivación. Esto es, la alegría de escribir sobre algo que satisface y contenta al alma por el arraigo de la convicción.

Es por todo esto que cuando leí su artículo titulado “La evaluación de la gestión social” y un comentario que fue hecho al mismo, no pude contener las ganas de escribir sobre algo que llamó mucho mi atención. Se trata de la evidente falta de argumentos para defender la administración de Jorge Pérez Bernier.

Pero, ¿cómo hacer esa defensa? ¿Acaso tiene Jorge Pérez algo que valga la pena mostrar como un acto concreto ejecutado con el propósito de solucionar un problema de La Guajira? Claro que no. Un político que no convenció a la mayoría de los guajiros en su campaña, quiere hacerlo ahora desde la Gobernación con la ejecución de programas superficiales, montados a la ligera, sin concepto, y dirigidos en sentido contrario al núcleo del problema que supuestamente se quiere solucionar. Ver a Pérez Bernier en un coliseo lleno de gente pobre donde él entrega mercaditos, trae a la memoria la imagen de Gonzalo Rodríguez Gacha cuando ordenaba en Pacho, Cundinamarca, que se hiciera una fila.

La función de un gobernante, cuando se habla del aspecto social, es la de crear estrategias y liderar proyectos que conduzcan a la gente a un mejor nivel de vida. Para eso, el tema de acabar con el hambre es el punto de partida, pero si se toma esa expresión como el fin, entonces tendremos de por vida al pueblo con la mano tendida. Jorge Pérez copió la idea de erradicar el hambre, pero como él no sabe cual debe ser el fin último, no está acompañando la entrega de mercaditos con las actividades que se requieren para solucionar el problema de la pobreza. De manera que la única motivación de los que están en la lista de los mercaditos es ir a hacer la fila para que el patrón les entregue su bolsita y hasta ahí llegó todo. La Guajira para atrás.


Además, muchas personas que han tenido acceso al famoso mercadito, comentan que son verdaderas limosnas porque su contenido no soluciona el hambre de una familia durante dos días. Entonces, ¿Cuál es el balance social al que no pudo hacer referencia concreta Hernán Baquero? Seguro que ni él lo tiene claro. Pero yo le digo que para lo que sí sirve ese programa mal copiado es para darse publicidad de la buena, y para otras cosas más. En eso si da resultado. Lo que me gustaría saber, como a muchos guajiros más, es en cuanto está avaluado cada mercadito; cuantos se han entregado y la lista de los que han recibido. A lo mejor nuestro columnista amigo nos podría ayudar con ese balance.

Para terminar quiero decir con todo respeto que tal vez Hernán está subestimando a los lectores del blog. Y es bueno que sepa que cuando uno se esfuerza por tratar de defender lo indefendible, no es el objeto de la defensa el que queda mal parado, sino uno mismo. Por eso mi sugerencia apunta a que, la próxima vez que escriba sobre Jorge Pérez, lo haga sin perder de vista que el destinatario del artículo no es el Gobernador, sino un grupo de personas con criterio. De esa manera su contribución será valiosa para que los villanueveros contemos con un escenario apropiado para el debate constructivo.

Si nos ponemos al nivel del grupo de periodistas que andan por el Departamento con una agenda debajo del brazo vendiendo su silencio y ofreciendo mensajes publicitarios montados en formato de noticias, entonces estaremos metiéndole una puñalada por la espalda a toda esa gente que reclama que, en lugar de hacer parte de la fila, se le de solución a su problema sin irrespetar su dignidad.