Leandro, el de los ojos del alma



Por: Hernán Baaquero Bracho 


Leandro Díaz, el compositor Barranquillero, ciego de nacimiento, es un verdadero milagro. Sus canciones son la exposición clara de su profunda inspiración y la relación precisa e incontrovertible de lo que describe, sin nunca haberlo visto , pero ha cantado con su extraordinaria inteligencia, ayudando como el dice , con los ojos del alma ,con los que asegura comunicarse con el mundo exterior , cosa cierta, autoevidente , ya que al escuchar las descripciones que improvisa y canta vemos desfilar cuadros de hermosura con crepúsculo radiante, nube viajera, jardines policromos , mujeres hermosas , paisajes fascinantes donde hasta sonríe la sabana , ríos de agua clara y cantarinas, montañas de mágica flora y valles de intensa luz, que Leandro no ha visto, pero inmortaliza con sus tonadas milagrosas.

Como él mismo lo expresa:”Dios no me puso ojos en la cara, porque se demoró poniéndomelos en el alma” 

Esa fina sensibilidad que demuestra en sus cantos es la prueba irrefutable de que Leandro ve. No puede ser de otro modo. Como se puede mostrar tanta belleza, en términos tan cristalinos y puros, sin una comunicación con lo descrito imposible. Algún misterioso canal de luz divina, alguna estrella que va por su camino, ilumina a este ciego gallardo y bondadoso, que con el eco de su voz y el mensaje de sus versos nos quita la tristeza y no llena de esperanza. 

En la costa, en todo el país Leandro es admirado y querido, ya traspasó las fronteras y grandes cantantes internacionales han grabado sus composiciones. Sus canciones han recorrido medio mundo. La gente, su gente ha sido prodiga para rendirle homenaje, en toda la región guajira, y en los pueblos del Cesar. En sus cantos, a veces, se perciben acordes de tristeza, pero esto no indica lo que es Leandro en realidad, que tiene una filosofía de la vida incompatible con la depresión y la salud y vive siempre animoso y dispuesto a contagiar su alegría a todos los que tienen la dicha de encontrarlo y disfrutar de todo lo que es capaz de brindar: sabiduría, serenidad, amor, y paz su charla es espontánea, llena de humor y matizada con frases estimulantes que genera optimismo y entusiasmo. Sobre los compositores de hoy, Leandro afirma sin tapujos:”hoy en día no quedan compositores como los de antes. Ahora no aspiran al folklor sino al dinero”. 

Nacido en Lagunita, antiguo corregimiento del municipio de Barrancas, hoy municipio de Hatonuevo en La guajira, en la finca de su familia llamada “Alto Pino”, allí pasó sus primeros años y dio muestra de su inteligencia al predecir su futuro con tanto acierto que mucha gente caminaba distancias solo para consultar al pequeño adivino, que con el tiempo vio transmutar esa cualidad por la poesía y el canto. Su fama corrió de boca en boca; ya vivía en Hatonuevo, que actualmente progresa con mucha celeridad detalle que nos complace, y de allí salió a los pueblos vecinos, en los dias de fiesta, a alegrar las parrandas con sus cantos e improvisaciones. Si había en la parranda diez personas con una vez que oyera su nombre en forma repentina cantaba diez hermosos cuartetos, con una perfección que envidiarían los mas altos y afamados poetas. Su maravillosa memoria, su elevada inspiración poética y musical, sus altas cualidades humanas, no demoraron en hacerlo el hombre mas popular de la región y ese ritmo no ha declinado un instante y por eso el Festival Vallenato le ha hecho los mejores reconocimientos, así como Hatonuevo su pueblo, que lo tiene como uno de sus mejores hijos y quien ya se ha convertido en un icono y en un mito de la leyenda viva de lo que representan esta música que enamora, entusiasma y vuelve loco de emoción a propios y extraños. A sus 84 años continua tan lucido como cuando compuso Matilde Lina, la Diosa coronada y la Parrandita y mas de 300 canciones de su propiedad que lo han hecho uno de los mas prolíferos compositores de la música Vallenata.

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  1. LEANDRO DIAZ ES LA DEMOSTRACION MAS GRANDE QUE DIOS EXISTE

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