Por: Hernán Baquero Bracho.
La situación que vive Villanueva hoy, debe generarnos preocupación en todos los sentidos. El desempleo es alarmante y asfixiante, lo que ha inducido a la comunidad al rebusque a través de la economía informal y eso está bien, porque hay que buscar la forma de generar ingresos para lograr medio sostener a las familias.
La alcaldesa municipal debe de manera urgente creas políticas públicas de empleo para contrarrestar el flagelo que agobia a Villanueva. Pero para ello hay que hacer los ajustes del caso, vislumbrando un mejor mañana, estableciendo alianzas y convenios con la banca pública y privada y en eso debe darle prioridad la alcaldesa Claudia Gómez Ovalle. La luz en el camino en la generación de empleo debe ser de urgencia manifiesta para lograr un amanecer victorioso en bien de su pueblo.
Pero lo más preocupante que se ha generado ante la falta de empleo formal es el aumento de rifas de toda especie, especialmente las que tienen que ver con premios en dinero: primero existían solamente la de los sábados que eran de $40 millones, más tarde surgió en las épocas decembrinas la de los $58 millones, ahora le salió más competencia la de $20 millones que juegan dos veces a la semana, sin contar la de los $4 millones que son diarios y la de los $8 millones que son semanales, así que como la de los $12 millones que juegan los domingos y pare de contar y eso sin contar los chances que son dos veces al día, el baloto también dos veces a la semana y astro sol y astro luna que es diario de manera dual. ¿Qué tal con tantas apuestas? Pero parece que en Villanueva se han encontrado con un filón de oro, ya que casi todo el mundo apuesta y gana, porque la mayoría de las veces los premios caen en la comunidad. Para colmo llegaron las maquinitas de play que también son juegos de dinero que en la mayoría de los casos son utilizadas por los niños, lo que ha generado la locura en la juventud de este pueblo.
¿Qué está pasando con tantas apuestas y tantos apostadores? Que nos estamos volviendo adictos al juego. La adicción al juego de las finanzas, se inicia como el adicto a las drogas, que las termina consumiendo como una adicción que el cuerpo le exige. Así también los adictos a tantas rifas, se vuelven como una adicción diaria, enfermiza y peligrosa. Es la esperanza para quien la compra, que va a salir de los problemas financieros que nos agobian y gracias a esa sociedad de consumo incontrolable, que con tal de pensar que vamos a ser unos felices ganadores, nos volvemos incontrolables gastando dinero y cuando no tenemos buscamos cualquier medio apara jugar, como el drogadicto y esto nos puede llevar a otros caminos o mal caminos como es de desviarnos de jugar limpio y comenzar a jugar sucio, lo que puede generar en el descalabro financiero, en la banca rota y al punto de llegar al crimen organizado por cualquier medio.
Villanueva se ha vuelto adicta al juego de rifas y apuestas y hoy hasta los niños van por el mismo camino con las famosas maquinitas lo que induce a la vagancia y al ocio y si no se le colocan las trabas legales a toda esta situación, vamos a terminar muy mal. ¿Qué hacer? Ser creativos y poner a funcionar el High Potencial al máximo, entre la sociedad civil y la administración municipal. Crear políticas públicas para generar empleos es lo prioritario, que no da más espera. Hay que crear fondos de desarrollo para atacar el flagelo del desempleo. Hay que buscar mecanismos para generar dividendos en la economía informal. Hay que colocar al campo a producir y a parir. Hay que establecer alianzas estratégicas en el sector agropecuario, a través de los clúster y a través de capital semilla. Hay que crear fiducias para que inversionistas privados lleguen al municipio para generar productividad y competitividad. Hay que apostarle al ecoturismo abundante que poseemos en la Serranía del Perijá. ¡Manos a la obra pues!
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