Por: Hernán Baquero Bracho
El maestro Escalona es y será por siempre el más
grande del Vallenato. El Vallenato Nobel de nuestro folclor, fue sin lugar a
dudas Rafael Calixto Escalona Martínez, también uno de los padrea del Festival
de La Leyenda Vallenata y de nuestra música vernácula. El más grande compositor
costumbrista que ha tenido nuestro folclor. El mito y la leyenda viviente de la
Provincia de Padilla. Sería iluso,
enmarcar en un escrito de poco espacio, la vida y obra de Rafael Escalona
Martínez. Sin embargo, para las nuevas
generaciones y para mucho de los culturores, es bueno recalcar los puntos
básicos a través de los cuales Rafael Escalona hizo, a mi modo de ver, el más
grande aporte, que jamás un compositor haya hecho en el Vallenato y otros
aspectos que lo han consagrado como el gran “Amigo”. Y no es exagerado afirmar
que Escalona compuso el Vallenato que García Marqués escribió en Cien Años de
Soledad.
Antes de Rafael Escalona, por supuesto que se escribían
canciones Vallenatas. Pero fue solo hasta su incursión cuando empezó a
consolidarse la figura del compositor total – ya esbozada por don Toba- .
Rafael Escalona retrató como ningún otro
las historias del Magdalena grande y buena parte del país con sus campañas políticas, la vida
estudiantil o simplemente de lo cotidiano, en las tierras de Valledupar, o de
Villanueva, La Guajira, entre amigos y amores.
Bien. Aunque no es el inventor del genero
musical que hoy se llama “Vallenato” y que, según los especialistas, involucra
cuatro ritmos: paseo, son, merengue y puya, los cuatros con el mismo clima,
aunque con diferente pulsación, si es, y nadie lo discute, fue el más inspirado
cultor, el más eximio de los creadores que hayan sido o lo que sean, de este
arte mágico, incomparable; el mejor cronista musical de su tierra maravillosa,
cuyas figuras y cuyos hechos ha trasladado
a sus canciones. Canciones qué,
aunque dibuja un ámbito determinado y unas historias ocurridas en dos o tres
puntos geográficos del gran espacio nacional, son la luz y música de toda
Colombia, porque en todas ellas resuena el alma sencilla de la nación; porque
en todas nuestras latitudes, aquel ámbito circunscrito se asimila al ámbito
propio y aquellas gratas historias se consideran como ocurridas en cada
localidad.
El único de nuestros “aires” con audiencia
internacional, es el grandioso Vallenato, en primer lugar el de Escalona, García
Márquez escuchó las notas de Miguel Canales, en una estación de tren checa; Carranza fue sorprendido, en un
café de Lisboa, con las notas de “la brasilera”; Alfonso Bonilla Aragón, en Buenos Aires,
alcanzó a oír con música y letra, el doliente merengue “honda herida”.
Razón tenía la heroína Vallenata, la inmolada Consuelo
Araujo Noguera cuando escribió: “¿Cómo explicarían los críticos y analistas que
todo lo miden bajo el rigor de los academicismos, el insólito fenómeno de
Rafael Escalona, quién sin conocer una sola nota de la escala musical, ni saber
qué cosa era un pentagrama, ni tener la
más remota idea sobre la rima, fue haciendo todo esto de modo impecable a
través de sus narraciones musicales?.... ¿ saben acaso que él no sabía qué cosa
era una cuarteta, una quitilla, una octava, una redondilla, o una décima?... ¿
quién puede decir que le enseñó armonía, melodía, y ritmo para que los
combinara en la forma espontanea y certera como los combinó en cada una de sus
composiciones?”.
Algunos de sus
críticos – que también los tuvo – lo acusaban del empleo de músicas ajenas y
citaban, a sus espaldas, ejemplos que nunca se han demostrado plenamente. Él no
respondía el cargo pero admitía que en algunos pasajes musicales de su obra,
pudo haber compases y melodías que en épocas lejanas fueron creadas por los
primeros juglares y que él las retomó para rescatarlas del olvido total. Verdad
o galantería del compositor, lo cierto es que hoy por hoy en esto de propiedad
absoluta sobre la música Vallenata y en virtud de la fiebre de los pases
(antiguamente llamados rutinas) en que ahora se esmeran por competir los
compositores o interpretes, nadie podría arrogarse la propiedad de ser
completamente autentico en su creación musical y estar del todo libre de la
inclusión, voluntaria o involuntaria, de melodías ajenas. Ejemplos abundan…
En el año de
1943, cuando solo contaba 15 años compone aquella famosa canción que llevó por
título El Profe Castañeda, que en uno de sus apartes dice así: “cuando sopla el
viento frio / de la nevada /que en horas de estudio llega / al Loperena / ese
frio conmueve toda el alma / lo mismo que la usencia / del profe Castañeda/ él
nos dijo adiós porque se ha ido, y le dijimos adiós pero que vuelva/”.
En el año de
1944 compone aquella famosa canción que le hizo a Emiliano Zuleta, cuando lo
quería conocer y que ha quedado para la posteridad: La Enfermedad de
Emiliano, y que una de sus estrofas dice
así: “allá en el Valle he tenido / la noticia / a mí me dijeron / que Emiliano
está mal/ me mortifica qué / un muchacho
tan joven / por falta de malicia / se deje sepultar/.
O la que compuso
al General Dangond en el año de 1950 y que llevó por título: El General
Dangond, que en uno de sus apartes dice así: en Carazúa el general Dangond /
venció las tropas Venezolanas / en Villanueva tuvo la fama/ y en el Molino su
perdición/.
O la que le compuso
a su compañero de parranda “Poncho” Cotes Queruz, cuando estaba enamorado de
doña Telma Ovalle en el año de 1950, El Gavilán Rastrero (La Ceiba de
Villanueva) , que en uno de sus apartes dice así: en la ceiba de Villanueva,
canta un / gavilán bajito y es diciendo que se lleva a / una paloma que ha
visto (a la hija de Ovallito) / como la dejen llegar y se la encuentre/ solita
verán esa palomita / en el pico del gavilán /.
O la que le
compuso a su amigo y socio José Francisco “El Tite” Socarras en el año de
1951, El Tite Socarras (Almirante
Padilla), que en uno de sus apartes dice así: allá en la Guajira arriba/ donde nace el contrabando/ El Almirante
Padilla, barrió Puerto López / y lo dejó arruinado/ pobre tite, pobre tite,
pobre tite socarras/ ahora se encuentra muy triste / lo ha perdido todo por
contrabadiá/ el tite socarras/
O la que le compuso a Silvestre Dangond o “El Mono” Dangond en el
año de 1952, El Tigre de Las Marías, que uno de sus apartes dice así:
Villanueva no sabía qué clase de pelusita es del tigre de / Las Marías / que
ahora vive en Urumita/ cuando ronca
nadie sabe donde es que lo coge el día / pasa la noche en Manaure y amanece en
las marías / el tigre de las marías /.
El segundo amor
de Escalona, después de la “Maye” lo encontró en Villanueva, en el barrio el
cafetal: Dina Luz Cuadrado, una hermosa doncella que todavía se conserva bella,
volvió loco de amor al maestro Escalona. Hechos que sucedieron en la década de
los 70. Todavía recuerdo como si fuera ayer, las parrandas donde “Cristinita”
la mamá de Dina Luz, el acordeón de “Emilianito” Zuleta, las voces de “Poncho”
Zuleta y Jorge Oñate, con los versos del viejo “Poncho” Cotes y los amigos
parranderos Juan Félix Daza Martínez, Alfonso Murgas y Toño Dávila, los cogía
el amanecer en las noches de luna llena. En esas parrandas inolvidables, mi
compadre Rafael Augusto Daza y yo, íbamos de mirones, éramos apenas unos pelaos
que estudiábamos el bachillerato.
Rafael Escalona
era el gran amigo, por ello le dio mucha tristeza, por la muerte de su amigo y
primo Juan Feliz Daza Martínez. En el año de 1981 le dedicó de las tantas
canciones que le hizo a Dina Luz, esta que se llamó Mariposa Bonita, donde
entrelaza a sus amigos parranderos y que en parte dice así: le dije a Poncho
Cotes en Valledupar, si aquí llega Juan/ Félix tirando Piedra/ que ninguno le
quite la razón, porque yo, porque yo sin/ permiso y por amor le invadí el
cafetal en Villanueva/ si aquí llega Juan Félix tirando piedra, que ninguno le/
quite la razón/ ay si aquí llega Juan Feliz tirando piedra, que ninguno/ le
quite la razón/.
Mariposa bonita
esa eres tú, de los ojos brillantes y sin/ igual/ en el cerro pintao de
Villanueva, que te fuiste conmigo/ pa’ otras tierras, pero siempre pendiente de
regresar/ Toño Dávila se puso a decir
por todo Villanueva a/ discutir/ el por qué me mude pa’l cafetal/.
La vida de
Rafael Escalona Martínez, siempre estuvo ligada a Villanueva, donde tenía
tantos compadres (mi padre fue uno de ellos) tantos ahijados (yo fui uno de
ellos), familiares por vía materna y sus amigos parranderos. El Festival de La
Leyenda Vallenata en sus Bodas de Oro, les hizo el homenaje tanto a Escalona,
como a Consuelo y al Expresidente López Michelsen por esta idea que nació en
1968 con el Primer Festival Vallenato, que hoy se ha convertido Valledupar en
la Capital Mundial de este género, que es magia y poseía. Reconocimiento más
que merecido al que fue el mito viviente de la leyenda vallenata. De nuevo recordamos
con este escrito, la vida y obra del artista nacional e internacional que le dio
más gloria a la tierra de la fabula y la fantasía. Que así sea.
LAS
CANCIONES DE ESCALONA
|
||
N°
|
NOMBRE
|
FECHA
|
1
|
El Profe Castañeda
|
1943
|
2
|
El Carro Ford
|
1943
|
3
|
Miguel Canales
|
1944
|
4
|
La Enfermedad de Emiliano
|
1944
|
5
|
El perro de Pavayo (El Mayor Blanco)
|
1944
|
6
|
Buscando a Morales (El hombre Andariego o el Cucarachero
|
1945
|
7
|
El Gavilán Cebado
|
1945
|
8
|
Las Vacaciones (Los Tres monitos)
|
1945
|
9
|
El Jerre- Jerre N° 1
|
1945
|
10
|
Las arrugas de Benavides
|
1946
|
11
|
El Cazador (La Paloma Mensajera)
|
1946
|
12
|
Las Lenguas Sanjuaneras
|
1946
|
13
|
Carmen Gómez
|
1946
|
14
|
El Chevrolito
|
1946
|
15
|
Paraguachón
|
1946
|
16
|
El Copete
|
1946
|
17
|
La Flor de La Guajira (La reina de Maracaibo
|
1947
|
18
|
El Bachiller
|
1947
|
19
|
La Despedida (El trajecito) (Mi Maye)
|
1947
|
20
|
El hambre del Liceo
|
1947
|
21
|
Salvadora
|
1947
|
22
|
La Vieja Sara
|
1947
|
23
|
El Testamento
|
1948
|
24
|
La Molinera
|
1948
|
25
|
El retrato de Chipuco
|
1948
|
26
|
La Creciente del Cesar
|
1948
|
27
|
Esperanza
|
1948
|
28
|
El Regalito
|
1948
|
29
|
La Platanera
|
1949
|
30
|
El Che Sanjuanero
|
1949
|
31
|
El Medallón(Don Fidel o El Collar)
|
1949
|
32
|
Honda Herida
|
1949
|
33
|
Mala Suerte
|
1950
|
34
|
El Mejoral(Penas de Amor)
|
1950
|
35
|
El Gavilán Rastrero (La Ceiba e Villanueva)
|
1950
|
36
|
La Historia
|
1950
|
37
|
Las dos Hermanas
|
1950
|
38
|
La Golondrina
|
1950
|
39
|
El General Dangond
|
1950
|
40
|
El Jerre – Jerre N° 2
|
1951
|
41
|
La Demanda (El Pleito)
|
1951
|
42
|
Juana Arias (La Patillalera)
|
1951
|
43
|
El Hombre Casado
|
1951
|
44
|
El Pobre Juan (compadre Juan Gregorio)
|
1951
|
45
|
El Tite Socarras (Almirante Padilla)
|
1951
|
46
|
Don Humberto
|
1952
|
47
|
La Casa en el Aire (Ada Luz)
|
1952
|
48
|
Mariposa Urumitera
|
1952
|
49
|
Compadre Tomás
|
1952
|
50
|
El tigre de las Marías
|
1952
|
51
|
El Manantial (Rosamaría)
|
1953
|
52
|
El Señor Gerente (El Algodón)
|
1953
|
53
|
El Villanuevero ( El Ahijado)
|
1953
|
54
|
Los Celos de Maye
|
1953
|
55
|
El Destierro de Simón
|
1954
|
56
|
El Playonero del Cesar
|
1955
|
57
|
El General Rojas Pinilla
|
1955
|
58
|
Esperanza de Taxander
|
1956
|
59
|
Navidad
|
1956
|
60
|
La Brasilera
|
1957
|
61
|
La Resentida
|
1958
|
62
|
La custodia de Badillo
|
1958
|
63
|
La Mona del Cañaguate
|
1960
|
64
|
La Pirata del Loperena
|
1961
|
65
|
El Cristo de Mariangola
|
1961
|
66
|
El matrimonio de Colacho
|
1962
|
67
|
María - Tere
|
1964
|
68
|
Canto a Fabito (El Godo Decente y Dos Tipos
Importantes)
|
1965
|
69
|
Adiós a Pedro Castro
|
1967
|
70
|
López, el Pollo
|
1973
|
71
|
Dina Luz
|
1973
|
72
|
La misión de Rafael
|
1974
|
75
|
La última Aventura
|
1978
|
76
|
Jaime Molina
|
1978
|
77
|
Consuelo
|
1977
|
78
|
Mariposa Bonita
|
1981
|
79
|
Arco Iris
|
1982
|
80
|
El Vallenato Nobel
|
1983
|
81
|
La estrella de Patillal
|
1984
|
82
|
La Camisa de Poncho
|
1986
|
83
|
El hombre Liso
|
1986
|
84
|
La Casa de Leandro
|
1987
|
85
|
Regalo Bonito
|
1988
|
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