Ni los locos quedan …

 

Por: Fabián Molina Martínez

Pueblo que se respete tiene entre su inventario a las autoridades administrativas y política, religiosas, empresariales, sociales y sus locos; es parte de la idiosincrasia y de las personalidades de un territorio.
Los denominados locos por la mayoría que se considera “normales”, se caracterizan por su irreverencia o por algunos rasgos especiales que los diferencia y les brinda esa singularidad, que lleva a los otros a decir “a este le falta un tornillo”.
Pero posiblemente su mundo esté cargado de elementos y hechos que los desconectan de la realidad, que los lleva a vivir de manera singular, y quien sabe si conscientes que se necesita un poco o mucho de locura para enfrentar la vida.
Dicen que de locos todos tenemos un poco, puede ser posible, he visto personas que de un momento a otra reaccionan de manera singular o curiosa ante hechos de la vida, puede ser tanto el impacto de la situación que se pierda la razón. Y quien sabe si sea la puerta de entrada al mundo de la locura?.
Que pensaría la gente (potente expresión de la cual en otra oportunidad hablaremos) si de repente te ven tirando piedra como una reacción a una molestia o pelea, mínimo dirán “ve tan buenecito que era y mira se esperolo“. Pero si eso pasa en Villanueva puede que se vea normal, por aquello de “Villanuevero tirapiedra“.
Por lo anterior podría uno entender que las circunstancias y el contexto marcarían la percepción de la locura; siempre he creído que debe ser muy interesante poder ver a través del mundo particular de aquel llamado loco.
Se decía por la gente del pueblo que Ofa y Jorge el loco, tanta inteligencia los trastorno, que eran tan sabios que la vida la miraban en otro frecuencia; quién sabe si ellos eran los cuerdos y nosotros los locos?; pero como dicen es “imposible que la mayoría esté equivocada“; jejejjejejeje por poner un corto ejemplo, he visto pueblos tomar decisiones totalmente irracionales que rayan en la locura colectiva.
Que falta nos hacen personajes como Icha López, Sandocan, Margarita, El líder, Topol y otros más que ahora no alcanzó a citar, pues son recuerdos muchos de ellos de mi niñez; pero que asocio con características humanas de bondad, ternura y jocosidad; las cuales vendrían perfectamente en estos tiempos de supuesta racionalidad.
Un día cualquiera en la esquina del extinto Colegio Santo Tomás de Villanueva fui testigo de un reto intelectual con un cierto sentido de burla, un estudiante le planteó un problema matemático a “Ofa”, quien con maestría se lo resolvió y remató con una frase cargada de filosofía, que en su momento me impresionó y que me lleva a recordar la situación, más no la frase lastimosamente.
Hoy ni los supuestos locos nos quedan, para aprender de ellos, que la singularidad nos hace especiales y únicos; que puede ser que te ponga un rótulo de loco; pero que es tu esencia la que marca la diferencia. Y ser diferente significa que eres resaltado y que el común de la gente te mire de forma diferente.
Quienes puedan leer esta crónica podrán hacer su reflexión en torno a cómo ha sido su actitud o reacción ante la diferencia del otro, y en lo posible partan de su recuerdos como personaje de nuestro pueblo y de sus anécdotas de vida; que allí encontrarán sabiduría de vida.
Ojalá la vida se pudiera ver con los ojos de aquellos marcados como diferentes, para entender que está llena de diversos puntos de vistas e interpretaciones, las cuales son válidas, pues salvo la verdad absoluta de un Dios, el resto son verdades de cada uno.
P.D: Muy seguramente alguien me dirá “ve a ti fulanito no te parece que está loco”, y otro dirá “Este se hace el loco pa jode a unos pocos”; recuerden que muchas veces la realidad supera la ficción, como cierta película colombiana que puede inspirar ciertas locuras y hasta ahí les puedo contar.
Fabian Molina Martínez
El Emblemático
26 de Septiembre de 2021.

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