Foto: El Tiempo, Revista BOCAS
Para conocerlo, basta vivir en esta maravillosa tierra que
tanto le ha aportado al folclor vallenato. Villanueva, ese municipio enquistado
en la falda de la serranía del Perijá, vio nacer en 1953 a Egidio Rafael, el
muchacho de vivos ojos color esmeralda y que despertaba a su mamá precisamente
interpretando “Ojos verdes”, el pueblo lo vería coronarse Rey de la Leyenda
vallenata treinta años después interpretando entre otros, “El monte de la Rosa”
y “La puya puyá”.
Aunque su gran sueño como el de muchos acordeoneros de la
región era convertirse en rey, no era la gloria completa, por aquellas cosas en
las que cualquiera se pregunta ¿Qué hago en este lugar? Egidio hacía casting
para convertirse en el compañero permanente de Escalona, el compositor
personificado por el samario Carlos Vives, en la serie eran inseparables, lo
que no sabía Egidio es que la ficción era el inicio de la realidad. Carlos
Vives deja la balada y el rock, para lanzarse a una aventura nueva, de Carlos
Vives siempre se ha dicho que es un apostador de proyectos y todos le salen,
todos son buenos.
El 22 de febrero de 1993 salió al mercado musical una vaina
loca, imposible creer que el sonido de las rasgadas guitarras eléctricas,
baterías y un juego de sintetizadores se podría fusionar con el paseo, el son
el merengue y la puya del desconocido folclor vallenato y nació la mejor versión
de “La gota fría” el resto es historia, una en la que Egidio tuvo que comenzar
a justificar el por qué de su atrevimiento, el por qué de prestar su acordeón
para que a Carlos Vives se le ocurriera, lo que los críticos del vallenato
consideraban, semejante desfachatez vestida de corticos.
Que me estoy volviendo rockero
Muchas personas me dicen
La culpa es de Carlos Vives
Que me está descomponiendo
No tengo pinta de rockero
Tampoco lo se bailá
Pero lo puedo tocar
Y nada pierdo con eso
Yo toco es vallenato puro
Como buen villanuevero
Y aprendí con los mechudos
A tocar el rock de mi pueblo
Egidio, el mudo, el que no habló
hasta que cumplió los seis años, aún mantiene su aceto “cimarrón” como le dicen
a los que nacen y se crían en la sierra los años viviendo en Bogotá no lo han
permeado como suele suceder. Pero tampoco su tranquilidad al hablar, al caminar
y de vivir, a pesar del susto en este 2021 por una infección intestinal que lo
alejó de los escenarios pero el médico a su lado fue su fiel amigo, el
acordeón.
Tuve
la oportunidad de conocerlo aún más cuando el Festival Cuna de Acordeones tomó
la decisión de realizar un homenaje junto al “Papa” Pastor, esos días se fue
para la calle 8, a la casa de sus viejos y donde creció junto a sus hermanos,
en esa casa atendió a los periodistas durante el evento, tranquilo, sonriente,
humilde. Egidio es un vivo ejemplo que la fama es un accesorio y que lo que
realmente es importante son los valores y los amigos. Habló de Rafael Escalona
y sus amores con Dina Luz, su hermana:
Le dije a poncho cotes en Valledupar
Si aquí llega Juan Félix tirando piedra
Que ninguno le quite la razón
Porque yo, porque yo
Sin permiso y por amor
Le invadí el cafetal de Villanueva
Si aquí llega Juan Félix tirando piedra
Ay que ninguno le quite la razón
Mariposa bonita esa eres tu
De los ojos brillantes y sin igual
En el Cerro Pintao de Villanueva
Que te fuiste conmigo pa otras tierras
Pero siempre pendiente de regresar
Mariposa bonita esa eres tu
De los ojos brillantes y sin igual
“Egidio inspira ternura” de esa manera lo describe su compañero Carlos Vives, aunque la ocasión en la que se presentaron en la Tarima Escolástico Romero él, con su acordeón verde era una bestia desenfrenada hiriéndose los dedos para sacarle notas a cada martilleo de los teclados del instrumento, Egidio estaba ante su pueblo, revestido de gloria, de grandeza de lo que es y lo que representa al vallenato y a su Villanueva del alma.
Luzmila López, su amiga de infancia, su compinche para las andanzas musicales que se daban de forma silvestre en el colegio Roque de Alba siempre ha sido destacada y recordada por Egidio, tanto que en el festival en mención la invitó al escenario a interpretar una canción juntos.
Escribir del vallenato, de Villanueva, de las historias que nos cuentan estas dinastías oriundas del pueblecito que está cerquita al río, frente a la sierra, será siempre emocionante, pero no tanto como recordar las charlas y todo lo que aprendí de Egidio durante esos cuatro días cuando estuve de cerca al campesino de las veredas del Perijá y no del compañero de Carlos Vives, ese que le ha dado la vuelta al mundo con su acordeón al hombro, su sombrero vueltiao y su mochila tercia´o.
Egidio Rafael, ha sido destacado este 2021 por el premio
a la excelencia musical de la academia que entrega el premio Grammy Latino, en
honor a su trabajo en la industria y su legado. Sus sobresalientes logros han
creado un legado en el mundo de la música latina que trasciende generaciones y
fronteras.
@aliskaird
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